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Los niños que sufren esta enfermedad de la piel suelen ser objeto de discriminación y burla por parte de sus compañeritos que, simplemente, desconocen de qué se trata esta condición. No dejes que a tu hijo le pase lo mismo. Descubre qué es y cómo ayudar a quienes sufren las molestias que provoca la psoriasis infantil.

Pablo tenía siete años cuando su mamá notó que tenían una extraña erupción roja en su espalda, resultó ser psoriasis. Como ella también tiene esa enfermedad de la piel, así como su madre y su abuela, no dudó en acudir al médico en busca de ayuda para descartar o confirmar sus sospechas que, lamentablemente, en este caso eran correctas.

La psoriasis puede ocurrirle a cualquier persona, sin importar su edad. Se produce porque la renovación de las células, que en las personas sanas dura alrededor de un mes, ocurre en sólo unos cuantos días. Esto causa que las células nuevas se acumulen en exceso (formando un engrosamiento en forma de placas, parches o escamas) en la superficie de la piel. La renovación celular es el proceso mediante el cual las células de la piel crecen desde las capas más profundas, reemplazando constantemente a las células muertas. Ya que como te imaginarás, aunque no nos damos cuenta, las células de la piel están cambiando constantemente y no nos damos cuenta.

Una de las creencias erróneas es que la psoriasis es un problema principalmente hereditario. Sin embargo, sólo el 10 por ciento de los niños cuyo papá o mamá tiene psoriasis, adquiere la enfermedad. Aunque el riesgo aumenta al 50 por ciento cuando los dos padres tienen esta condición de la piel.

Hay varios factores que pueden causar los brotes de la psoriasis:

  • Factores ambientales.
  • Estrés: algo difícil de demostrar y controlar en los niños pero no tanto en los adolescentes.
  • Infecciones como la faringo-amigdalitis estreptocócica, lo que se conoce también como “la inflamación de las anginas” por la bacteria estreptococo.
  • Traumatismos físicos (golpes o laceraciones) que generan reacciones en la piel, por ejemplo en los codos, en la cabeza y en otros lugares donde suele rozar la ropa, como el cinturón.
  • Piel seca, que acentúa los efectos de la psoriasis. Por eso, debes hidratar la piel de los niños lo más que puedas.

Los niños con psoriasis son como cualquier otro, pero tienen la piel más sensible, que se irrita ante factores que a otros no les provoca nada. Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de distintos tipos de manchas o erupciones en la piel, en diferentes partes del cuerpo, según el tipo del que se trate, y puede ser más o menos severa.

En la mayoría de los casos, por ejemplo, causa parches o placas de piel gruesa, enrojecida y con escamas plateadas, que pueden producir picazón (comezón) o dolor. A menudo se encuentran en los codos, las rodillas, otras partes de las piernas, el cuero cabelludo, la parte baja de la espalda, la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies. También pueden aparecer en otras partes del cuerpo, como las uñas de las manos y los pies, los genitales y la parte interior de la boca.

Si bien pueden llamar la atención, la psoriasis no se contagia, así que no es peligroso jugar o estar en contacto con niños (los adolescentes o los adultos) que sufren esta enfermedad. Sin embargo, como no se le conoce, quienes tienen psoriasis suelen ser objeto de burla y discriminación por parte de otros.

La psoriasis, no sólo puede ser difícil de diagnosticar (ya que a veces los síntomas se parecen a los de otras enfermedades de la piel), sino también de tratar, sobre todo en los niños. Como esta enfermedad no tiene cura, se debe buscar la forma de aliviar los síntomas (que pueden ser de mayor o menor intensidad y aparecer y desaparecer en diferentes momentos) y generar diferentes efectos en el cuerpo.

Y como todos los medicamentos potencialmente pueden tener algunas reacciones no deseadas, cuando se trata de los niños hay que tener algunas precauciones ya que no se han hecho tantos estudios clínicos en ellos y por eso la Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) no ha aprobado muchos de los medicamentos en niños. Por eso los adultos tienen más opciones. Para los pequeños, se utilizan especialmente las cremas y las emulsiones de uso externo, aunque la exposición al sol y otras medidas también pueden ayudar. También existen tratamientos tomados aprobados para otras condiciones que a veces ayudan y hay uno específico por vía oral (tomado) aprobado para niños a partir de los 6 años y la lista se expande a partir de los 14 años.

Lo más importante en estos casos es algo difícil de mantener, es la constancia, y tiene mucho que ver con los padres. Por eso, si crees que tu niño o niña puede tener este problema en la piel, no dudes en consultar al dermatólogo (el médico especializado en problemas de la piel) y sigue sus indicaciones a diario, sin bajar la guardia.  De ese modo, podrás obtener los mejores resultados con el tratamiento y evitar que los síntomas empeoren, lo que podría dificultar aún más su disminución.

Si la edad del niño lo permite, infórmale acerca de su enfermedad y explícale cómo puede participar activamente en su tratamiento: en aplicarse las cremas o cualquier otra recomendación del especialista. Si trabajan en equipo el paciente, los padres y el médico, será mucho más fácil ganarle la batalla a la molesta psoriasis.

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Imagen: ©Shutterstock / kwanchai.c

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