Las vacunas sin duda alguna salvan vidas, pero muchas personas no se vacunan por miedo al dolor de la inyección y se privan de los beneficios que proporciona la inmunización. Existen algunas recomendaciones basadas en evidencia para disminuir el dolor a la hora del piquete y para evitar crear el miedo a las vacunas en los niños, aunque no se utilizan regularmente. Las exploraremos en esta columna.
Para muchas personas la idea de recibir una vacuna se debe al miedo a las agujas. Este miedo generalmente se inicia en la infancia y puede hacer que no sólo eviten las inmunizaciones que se recomiendan sino hasta que no visiten al médico como adultos. De acuerdo con unos investigadores, este miedo puede vincularse con el comportamiento de los padres durante sus vacunas cuando eran pequeños.
La profesora Rebecca Pillai Riddell, la York Research Chair in Pain and Mental Health en la facultad de salud de York University en Toronto, Canadá, y sus colaboradores monitorearon información de 548 niños que recibieron vacunas durante una década desde que eran bebés o preescolares. Publicaron sus resultados en la revista Pain. La meta del estudio era determinar la influencia del comportamiento de los padres y la capacidad de afrontamiento de los niños para reducir la angustia relacionada con el dolor de la inyección durante varias vacunas a través de la infancia.
Evaluaron los comportamientos relacionados al dolor como: las muecas faciales, el flexionar las piernas y el llorar desconsoladamente para medir el nivel del dolor en los niños. Por otro lado, evaluaron lo que el niño y el papá o la mamá dijeron relacionado a sobrellevar el dolor.
Encontraron que decirle al niño que todo iba a esta bien repetidamente aumentaba la ansiedad del niño. Es importante no criticar al niño o niña diciéndole “los niños grandes no hacen eso” o “las niñas fuertes no hacen eso” y tampoco se recomienda pedirle disculpas al niño de lo que le está pasando o mentirle, diciéndole que “no va a doler”. De acuerdo con los investigadores, estos comportamientos estimulan la angustia del niño y aumentan el dolor.
Por otro lado, lo que si se recomienda a los padres es que participen en comportamientos que promuevan el afrontamiento. Por ejemplo: que alienten al niño a respirar profundamente y/o a usar distracciones como un teléfono celular o conversar acerca de lo que harán después de la cita.
Esto es importante porque las personas que tienen reacciones negativas a las vacunas cuando son pequeños pueden continuar teniéndolas como adultos.
Además de las recomendaciones para evitar desarrollar reacciones negativas a las vacunas, existen algunas pautas que pueden ayudar a reducir el dolor durante la inyección. Entre ellas se encuentran las de la Dra. Anna Taddio, científica asociada del The Hospital for Sick Children en Toronto, Ontario, y Leslie Dan de la Faculty of Pharmacy, University of Toronto. Las pautas se expandieron y se actualizaron por un grupo multidisciplinario llamado HELPinKids&Adults y se publicó en el Canadian Medical Association Journal (CMAJ). Las pautas son las siguientes:
En los niños:
- Amamantar o darles fórmula a los bebes menores de 2 años durante la vacunación, o una solución con azúcar antes de la inyección.
- Sostener en brazos a los niños de 0 a 3 años durante la inyección para brindarles apoyo.
- Se recomienda mantener a los niños mayores de 3 años sentados porque les proporciona una sensación de control y puede reducir el miedo. No se recomienda sujetar a los niños.
- Aplicar analgésicos locales antes de la inyección en los niños menores de 12 años.
- Los padres de los niños menores de 10 años deben estar presentes durante la vacunación para reducir los niveles de angustia del niño.
En los adultos:
- La aspiración no se debe utilizar durante las inyecciones intramusculares independientemente de la edad de la persona. (La aspiración se refiere a tirar hacia atrás el émbolo de la jeringa para asegurarse de que la aguja no esté en un vaso sanguíneo).
- Inyectar la vacuna más dolorosa al final de las visitas para más de una vacuna.
Otras recomendaciones:
- Evitar inyectar lentamente. Las inyecciones deben darse rápidamente. Cuando se dan lentamente duelen más.
- Frotar la piel cerca de la inyección antes y durante el procedimiento puede reducir el dolor. Esto se recomienda a partir de los 4 años. Se desconoce el método óptimo de frotamiento (frecuencia, intensidad, patrón). Pero no se recomienda frotar después de la inyección.
- No hay evidencia de que tomar acetaminofén (Tylenol) o ibuprofeno (Motrin) antes de la vacunación reduce el dolor. Sí ayudan cuando se toman después, si aparece dolor en el brazo después de la vacunación.
Aunque la calidad de la evidencia de estas recomendaciones no es tan fuerte como en otros estudios, el riesgo de implementarlas es muy bajo. Si tú o tus niños les tienen miedo a las vacunas, ve si estas recomendaciones podrían ayudarles. Lo importante es asegurarse de no privarse de recibir algo tan importante como son las vacunas. La primera vacuna la creó Edward Jenner en 1796 y, gracias a él, se logró erradicar la viruela. Afortunadamente los avances de la ciencia nos han permitido descubrir vacunas para muchas otras enfermedades. Es un privilegio que no debemos desaprovechar.
Copyright © 2021 Vida y Salud Media Group. Todos los Derechos Reservados.
Imagen: ©Shutterstock / Prostock-studio