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Como nueva mamá, lo que más quieres es lo mejor para tu bebé y ¿qué mejor manera de alimentar a tu hijo que con comida para bebés hecha con tus propias manos y con mucho amor? Hay varias razones a favor de preparar la comida para el bebé tú misma. Puedes ahorrar dinero, controlar los ingredientes y seleccionar comida fresca y orgánica para alimentar a tu niño.

Si tu bebé está listo para empezar a comer alimentos sólidos (de 4 a 6 meses) y si acabas de empezar a aprender a hacer comida casera de bebé, lo principal es no complicar las cosas. En un principio, es posible que a tu bebé no le gusten los alimentos sólidos, pero sigue tratando. No le des más de un tipo nuevo de comida a la semana. Ofrécele a tu bebé el mismo alimento nuevo cada 4 a 5 días y observa si desarrolla alguna reacción alérgica.

No hay necesidad de endulzar, agregar sal o especias a comida para bebés. En realidad, si haces que empiecen comiendo alimentos sosos y sencillos, no se tendrán ansias de comer alimentos exageradamente endulzados o salados.

Es estupendo darle comida para bebés preparada en casa, pero no te preocupes si estás demasiado ocupada. Está perfectamente bien comprar alimentos saludables, preenvasados. Simplemente recuerda de revisar primero el contenido nutricional en las etiquetas.

Si decides prepararlos tu misma, recuerda que la limpieza y la seguridad de los alimentos son de suma importancia en la preparación casera de la comida para bebés. No te olvides de lavarte las manos antes de manipular cualquier alimento y asegúrate de hacerlo en una superficie limpia con utensilios, ollas y sartenes limpios.

Una cosa que necesitarás comprar es un procesador de alimentos para moler y hacer puré, o si en su lugar, puedes usar moledores de alimentos manuales diseñados especialmente para preparar comida para bebés. Lava y pela todo los alimentos antes de prepararlos. Córtalos en pedazos pequeños. Prepara los alimentos al vapor cuando sea posible, ya que se pueden perder muchos nutrientes cuando se hierven. Cuando el alimento ya esté preparado, muélelo y hazlo puré con el procesador de alimentos o el moledor manual.

Se recomienda hacer pequeñas cantidades de comida a la vez, ya que el paladar de tu bebé se está acostumbrado a muchos alimentos, sabores y sensaciones nuevas y no quieres que te sobre una gran cantidad de pollo y de calabacín en puré si tu bebé no los aceptó con demasiado agrado. Por otro lado, cuando encuentres los alimentos que le gusten a tu bebé, considera almacenar una pequeña cantidad y así ahorrarás tiempo en cocinar y preparar en el futuro.

Si decides congelar o enlatar la comida para bebés hecha en casa, asegúrate de prepararla y almacenarla con cuidado, ya que el sistema inmunológico de tu bebé es vulnerable y susceptible a las enfermedades. Almacena la comida extra echándola con una cuchara en una cubiteras de hielo, congelándola y, una vez congelada, colocándola en una bolsa para congelar. No te olvides de ponerle una etiqueta con la fechar a la bolsa. Ten presente que los alimentos frescos tienden a echarse a perder con más rapidez que los alimentos procesados, así que asegúrate de usarlos o congelarlos uno o dos días después de que los preparaste.

Finalmente, antes de iniciar tu aventura de preparar la comida de tu bebé: Siempre consulta con tu médico antes de introducir nuevos alimentos en la dieta de tu bebé. Él o ella te podrá dar el mejor consejo y las mejores pautas sobre qué alimentos darle a tu bebé y cuándo.

¡Buen provecho!

 

Imagen © iStock / RichHobson

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