En la cuarta semana de embarazo el embrión ya está implantado de manera segura al útero y los síntomas de náuseas, sensibilidad a los olores, cansancio y cambio de humores entre otros son mucho más notorios porque apartir de esta semana el úteron comienza a secretar hormonas que ayudan a aguantar el embarazo. Es en este momento cuando se desarrolla la cavidad amniótica y la placenta, así como el saco gestacional que alimentará al embrión. En la cuarta semana, tu bebé mide 0.5 milímetros, pero a partir de este punto comenzará a crecer a una velocidad increíble.
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