En la primera parte mencionamos los millones de personas que han fallecido y continúan falleciendo por este virus. Como, los adultos que no se han vacunado contra el COVID tienen 5 veces el riesgo de infectarse comparado con los que se han puesto dos vacunas y el refuerzo, y tienen 97 veces más probabilidades de morir de COVID que las personas que completaron dos vacunas y recibieron sus refuerzos. O sea, las vacunas y los antivirales han ayudado, pero la pandemia aún persiste. Aquí discutiré, entre otras cosas, algunos factores que contribuyen a que los hispanos sean más vulnerables y qué dicen los epidemiólogos acerca del futuro del COVID-19. Tu salud depende de ti.
Entre los factores que contribuyen a que los hispanos sean más vulnerables al COVID-19 se encuentran, en algunos casos, las barreras del idioma y culturales. En otros casos los factores pueden incluir los siguientes:
- Miedo de ser diagnosticados porque significa perder días de trabajo y de ingreso.
- Empleos de salario bajo que no permiten trabajo desde el hogar y carecen de beneficios de licencia por enfermedad. Muchos hispanos pertenecen al grupo de los trabajadores esenciales: trabajan en tiendas, en fábricas, venden o entregan comida, limpian, etc. Están en contacto con otras personas todo el tiempo. Y, cuando se contagian, se lo contagian a sus familiares.
- Inequidad en el acceso y la calidad de la atención médica. La falta de seguro médico o seguro insuficiente. Las disparidades en la atención médica, además de tasas más bajas de vacunación.
- Determinantes sociales preexistentes de la salud y las enfermedades crónicas relacionadas (como la diabetes) que generan vulnerabilidad para desarrollar complicaciones y enfermedades graves relacionadas con el COVID-19.
- El que varios hijos, padres y abuelos vivan hacinados en la misma casa en contacto tan cercano se ha convertido en una barrera cuando es necesario el distanciamiento social si uno o más miembros de la familia contraen COVID.
- El miedo de buscar ayuda médica por la condición legal en el país.
- Algunos que no tienen vivienda son diagnosticados con COVID en una sala de emergencias y se les da de alta sin recursos para manejar su infección.
- La brecha digital en el acceso sostenido al Internet, a Wi-Fi y equipo tecnológico insuficiente y/o a falta de familiaridad con el uso de la tecnología (que se ha vuelto esencial para los servicios de la telesalud y la educación remota para los niños).
- La cantidad de desinformación en español, incluyendo en los medios sociales como WhatsApp, es alarmante.
- El acceso a los anticuerpos monoclonales y a los antivirales, no siempre es sencillo, aunque las autoridades federales dicen que hay un suministro amplio. Pero la habilidad de obtener los medicamentos después de una infección depende de contar con una atención médica confiable, el conocimiento de cómo navegar por el sistema de salud, y de que los medicamentos estén disponibles.
En mi columna anterior mencioné cómo estamos subestimando el número de casos nuevos de COVID-19 y por qué, y que a pesar de que el número de muertes ha disminuido por las personas que se han vacunado, hasta que no se vacunen todas las personas en todo el mundo, no lograremos controlar al virus.
Desgraciadamente, la gente ya está cansada de la pandemia. De acuerdo con una encuesta realizada por la Monmouth University en Nueva Jersey, acerca del uso de mascarillas y el distanciamiento social en su estado, encontraron que sólo el 34% estaban de acuerdo en reincorporar el uso de mascarillas y el distanciamiento social, esto había disminuido de 52% en enero, de 55% en diciembre y de 63% en septiembre.
Por el otro lado, en una encuesta realizada entre el 14 y el 18 de abril del 2022 por The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research en la University of Chicago en línea y por teléfono en 1,085 adultos, los investigadores encontraron que la mayoría de los estadounidenses en los 50 estados continúan apoyando el uso de las mascarillas en los transportes públicos. Específicamente, el 56% estaban a favor de su uso en los aviones, en los trenes y en los camiones, mientras que 24% estaban en contra. Esta encuesta se realizó justo antes de que una jueza anulara el mandato federal del uso de mascarillas en los transportes públicos.
La mayoría de los expertos en salud pública reaccionaron con consternación ante la decisión de la jueza de anular el mandato del uso de mascarillas en los transportes públicos, y algunos viajeros entrevistados el día después de la decisión se quejaron de que ponía a muchas personas en mayor riesgo, especialmente a las personas inmunodeprimidas.
El Dr. Robert Wachter, jefe del departamento de medicina de la University of California, San Francisco, dijo que era crítico que el gobierno tuviera la autoridad de emitir mandatos durante crisis de salud pública para poder responder a amenazas en el futuro, incluyendo variantes nuevas del COVID-19. Dijo que “Si esto se vuelve un precedente, y que un juez puede anular a los expertos del gobierno y de los C.D.C., eso nos pone en una situación problemática para el próximo brote, la próxima pandemia, bioterrorismo o quién sabe. El gobierno necesita poder actuar, y sugerir que el gobierno no tiene esa autoridad es profundamente preocupante”.
Por su parte, el Dr. Georges Benjamin, director ejecutivo de la American Public Health Association piensa que decirles a las personas que usen mascarillas es una de las cosas más simples y económicas que se pueden hacer para combatir la diseminación de enfermedades infecciosas. En cuanto al fallo contra el mandato del uso de máscaras por los pasajeros por la jueza, dijo: “Esto les dice que no pueden usar la herramienta más efectiva que tienen. No le hace daño a nadie. Es fácil de hacer. Es tan simple como un paraguas bajo la lluvia”.
¿Qué dicen los epidemiólogos acerca del futuro del COVID?
Existen varios virus respiratorios como el de la influenza, flu o gripe, y como el virus sincicial, entre otros, que son más abundantes en el invierno. El virus de la influenza o flu mata entre 12.000 y 52.000 personas cada año en los EE. UU. ¿Qué patrón tomará el del COVID-19 cuando se vuelva endémico? No sabemos todavía. Esto sólo se entiende retrospectivamente.
Los expertos dicen que, si lo vemos desde el punto de vista optimista, será como el de la influenza, tendrá unos brotes durante el invierno con mayores picos de hospitalización y muerte menores a los que vimos en el 2019 y el 2021. Si lo vemos desde el punto de vista pesimista, continuará generando variantes que evaden la inmunidad y son capaces de infectar a grupos grandes de la población.
Tendremos que monitorizar la frecuencia y la severidad de los brotes en los próximos meses y años para determinar el futuro del COVID.
Pero no hay que volvernos complacientes. El coronavirus se transmite mucho más fácilmente que el virus del flu. Hay que estar pendientes y preparados: vacunarnos, ponernos los refuerzos, escuchar las recomendaciones de los expertos en salud pública, tener exámenes de COVID en casa y usarlos si estamos expuestos o si tenemos síntomas, y usar mascarillas, si es necesario. Cada persona tiene que determinar su riesgo a nivel personal (por ejemplo, si es mayor de 65 años; si ha tenido un trasplante, recibe quimioterapia por cáncer o tiene el sistema inmunodeprimido por alguna otra razón; si tiene condiciones que puedan aumentar su riesgo de complicaciones si se infecta, como obesidad, diabetes, etc.).
Lamentablemente, la pandemia aún no se ha controlado, y los hispanos, representan una gran parte de las personas afectadas por el COVID y de las muertes por esta infección. Es importante seguir las pautas de salud para mitigar al virus y, desde luego, vacunarse. Si tienes dudas, consulta a un médico de confianza. Va a llegar el momento en que podremos regresar a nuestras actividades diarias normales, pero todavía no estamos en ese punto. El enemigo es el virus. Todavía no podemos bajar la guardia.
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