Si tienes miedo de vacunarte contra el COVID-19 hay muchas otras cosas que debes considerar y a las que probablemente deberías temer más que a las vacunas. Los riesgos de las vacunas son bajísimos más no los de la infección. En esta columna te doy ejemplos de los problemas de salud que desarrollan muchos de los que sobreviven la infección aguda. Algunos solamente tuvieron una infección leve o asintomática, pero este coronavirus puede afectar muchos órganos y puede durar mucho tiempo.
En los Estados Unidos, decenas de miles de personas están lidiando con síntomas después de haber tenido COVID-19, y esto no sucede exclusivamente en este país. En inglés les llaman “long-haulers” o “pacientes con COVID de larga duración”. Es tan común que los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), han propuesto el nombre de “Secuelas Post-Agudas de la Infección por SARS-CoV2” o PASC, por sus siglas en inglés. El SARS-CoV2 es el virus que causa el COVID-19.
Algunos estudios sugieren que entre el 50% y el 80% de los pacientes continúan teniendo síntomas tres meses después del inicio de la infección, aunque las pruebas ya no detectan la presencia del virus en su cuerpo.
Los síntomas más comunes son:
- Cansancio,
- dolores musculares,
- falta de aire,
- dificultad para concentrarse,
- incapacidad para hacer ejercicio,
- dolor de cabeza, y
- dificultad para dormir.
El Dr. Anthony Fauci, asesor médico principal del presidente Biden, piensa que el PASC podría ser similar al Síndrome de Fatiga Crónica que puede ser desencadenado por otras enfermedades infecciosas como la mononucleosis o la enfermedad de Lyme, entre otras.
Las siguientes son ejemplos de presentaciones clínicas comunes de cientos de pacientes que han tenido COVID-19 agudo que ha continuado con síntomas a largo plazo:
- Enfermedad inicial ligera, a la semana una constelación de síntomas neurológicos que duran semanas o meses: visión borrosa, olores extraños, temblores intermitentes en las manos, zumbidos en los oídos y dificultad para concentrarse. De hecho, en un estudio publicado en Annals of Clinical and Translational Neurology, de 100 pacientes de 21 estados en EE. UU, el 85% experimentaron cuatro o más síntomas neurológicos como dificultad para concentrarse, mareos, dolores musculares, dolor de cabeza y entumecimiento.Además de los síntomas neurológicos, el 85% notaron cansancio y casi la mitad experimentaron falta de aire. Algunos reportaron dolor de pecho, síntomas gastrointestinales y cambios en su pulso y/o presión arterial. En cuanto a síntomas psiquiátricos, casi la mitad tuvieron depresión o ansiedad.De acuerdo con el Dr. Igor J. Koralnik, jefe de enfermedades neuro-infecciosas y neurología en Northwestern Medicine, muchos de estos síntomas se parecen a los de las personas que han tenido lesiones cerebrales traumáticas o conmociones cerebrales, o que tienen dificultad para concentrarse después de recibir quimioterapia.
- En un estudio reciente de unos investigadores del Reino Unido, en el que tuvieron acceso a imágenes cerebrales (escaneos) de casi 400 personas antes y después de padecer COVID-19, encontraron efectos significantes del COVID-19 en el cerebro, con pérdida de la sustancia gris en las partes del cerebro conectadas al olfato y al gusto.O sea, todos los resultados significantes se encontraron en las áreas gustativas y olfatorias corticales primarias secundarias, en el hemisferio izquierdo, usando la información de la materia gris (el volumen y el grosor). Esto indica que el coronavirus podría causar pérdida del cerebro a largo plazo y podría ser una de las razones por las cuales los pacientes con COVID-19 pierden sus sentidos del olfato y del gusto. Este estudio está por publicarse en una de las revistas médicas. Ya se reportó en línea.
- En un estudio detallado de los expedientes de casi dos millones de pacientes que habían tenido COVID-19 realizado por una compañía de seguros y reportado el 15 de junio de 2021, casi una cuarta parte (23%), incluyendo varios cuya enfermedad había sido leve o asintomática, desarrollaron síntomas nuevos uno o dos meses después de su infección.Los síntomas fueron muy variados: dolor (muscular, de nervios); falta de aire; cansancio (algunos también reportaron dificultad para concentrarse y el cansancio podía ser después de actividades físicas o mentales); presión alta; colesterol alto; síntomas gastrointestinales; dolores de cabeza; trastornos para dormir; dolores de cabeza; problemas de la piel; ansiedad y depresión. Sólo el 5% requirió hospitalización. Algunos fueron niños. Algunos no tuvieron síntomas durante el periodo inicial de la infección, pero los desarrollaron 30 días después.Hubo 594 muertes que ocurrieron en el periodo post-COVID (30 días o más después de la infección inicial). La mayoría fueron personas que habían requerido hospitalización para el coronavirus. Esto representa un número pequeño de casos. Pero este estudio sólo incluye a los pacientes de este estudio que es de un seguro privado.Además, este estudio excluyó a pacientes que tenían condiciones serias pre-existentes previas a contraer el COVID-19 (como cáncer, VIH, enfermedad del hígado o del riñón, por ejemplo) porque los investigadores dijeron que sería difícil separar sus síntomas de los síntomas post-COVID.Sin embargo, los expertos están de acuerdo en que este reporte enfatiza la variedad y la extensión de los síntomas que se presentan después de padecer el COVID-19. En relación a la duración de estos síntomas, aún no se sabe.
- Un estudio realizado por el Departamento de Veteranos de Estados Unidos en 73.000 personas que sobrevivieron 30 días después del diagnóstico de COVID-19, comparado con casi 5 millones de personas no hospitalizadas por COVID-19, con un promedio de seguimiento de cuatro meses, se reportó en el New England Journal of Medicine en junio del 21.Los investigadores encontraron que el riesgo de enfermedades nuevas era mucho más alto después del COVID-19. Algunos de los problemas incluyeron miopatías (problemas musculares); fallas respiratorias y neumotórax (aire en el tórax); embolias y trastornos de coagulación o hemorragias pulmonares; paro cardíaco y fibrilación ventricular; ataque al corazón; hipertensión; diabetes; colesterol elevado; obesidad; falla del riñón aguda y crónica.El riesgo de muerte también fue más alto, alrededor de 8 muertes adicionales por 1000 personas. El exceso de riesgos se vio aún en los pacientes que no se habían hospitalizado con COVID-19, aunque el riesgo de complicaciones post-agudas fue mayor en los que estaban más enfermos. Cuando se comparó a los pacientes con COVID-19 post-agudo con pacientes hospitalizados con influenza post-aguda, el riesgo de complicaciones en varios órganos fue por mucho mayor con el COVID-19.
- En un estudio reciente realizado por la University of Michigan, reportaron que 53% de los pacientes con COVID-19 tenían síntomas persistentes 30 días después del inicio de la infección y 35% tenían síntomas 60 días después. Aunque era más frecuente que los pacientes mayores y los que habían tenido casos de COVID-19 más severos tuvieran síntomas más prolongados, 21% de los pacientes entre los 18 y los 34 años y 25% de los que tuvieron COVID-19 leve tenían síntomas a los 60 días. O sea, sus datos sugieren que una proporción significante de las personas con enfermedad leve y jóvenes se vieron afectadas a largo plazo.
Los CDC recomiendan que las personas se vacunen contra el COVID-19 aunque hayan tenido COVID. Algunos artículos mencionan que algunos pacientes con síntomas post-COVID han mejorado después de vacunarse. Se necesitan más estudios para comprobar esto.
Si bien es cierto que aún estamos aprendiendo acerca de esta enfermedad, y que esta pandemia sigue azotando a muchos países del mundo, no hay duda de que las vacunas han dado un respiro al ayudar a combatir el virus en los lugares en donde las campañas de vacunación han sido exitosas. En varios estados de los Estados Unidos se han visto buenos resultados, especialmente entre más y más personas completan sus ciclos de vacunación. Sin embargo, no lograremos controlar la pandemia hasta que todos en cada estado en Estados Unidos y todos y cada uno en todos los países del mundo estén vacunados. Además, así disminuiremos el riesgo de que se creen variantes de COVID-19 más contagiosas y que se vuelvan resistentes a las vacunas. Si tienes la oportunidad, vacúnate por ti, por tu familia y por todos.
Copyright © 2021 Vida y Salud Media Group. Todos los Derechos Reservados.
Imagen: ©Shutterstock / Evannovostro