La piel del bebé se vuelve rojiza, los ojos y oídos se afinan, mejora el funcionamiento pulmonar. Comienzan las contracciones preparatorias. Notarás que el vientre se te pone duro por unos segundos, lo cual no debería ser doloroso. Ante cualquier duda, consulta con tu ginecólogo. El insmono puede haberse acentuado tanto por la dificultad de encontrar una posición cómoda como por la incontingencia urinaria.
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