Muchas mujeres han notado cambios en sus ciclos menstruales tras haber recibido la vacuna contra el SARS-CoV-2. A algunas se les adelantó la regla, a otras se les retrasó, y muchas de ellas también experimentaron sangrados más abundantes o más ligeros respecto a sus patrones habituales.
Según los resultados de un estudio publicado en la prestigiosa revista científica American Journal of Obstetrics and Gynecology, el momento del ciclo en el que una mujer recibe la vacuna contra la Covid-19 influye en las posibles alteraciones sobre su ciclo menstrual.
En concreto, los investigadores observaron que la vacunación durante la fase lútea, es decir, los días después de la ovulación y antes de comenzar el sangrado, podría evitar el incremento de la duración del ciclo menstrual.
El Dr. Josep Perelló, médico adjunto del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau – IIB Sant Pau -uno de los centros que participó en esta investigación- destaca que “el Hospital ha aportado la visión clínica a este trabajo y, en este marco, la idea de estratificar el análisis por la fase del ciclo, que ha llevado a la principal conclusión del estudio”.
La influencia de las redes sociales
Todo el proyecto surgió a raíz de los comentarios de usuarias en redes sociales donde expusieron que habían experimentado alteraciones en el ciclo menstrual después de vacunarse contra la COVID-19.
Ante la falta de datos, App Lunar, una aplicación de móvil para la monitorización del ciclo menstrual, incorporó una nueva funcionalidad para registrar, de forma voluntaria, la dosis, la marca y el país en el que se había recibido la vacuna.
Entre sus usuarias, se escogieron 371 perfiles anónimos que registraron al menos cinco ciclos menstruales consecutivos, y que estaban en el tercer ciclo en el momento de la vacunación. En total, se registraron 1855 ciclos entre septiembre de 2020 y febrero de 2022.
Para analizar los datos, el estudio se basó en el método epidemiológico conocido como Self-Controlled Case Series, donde la misma persona es quien compara los ciclos anteriores y posteriores en el momento de la vacunación. Por eso, las variables que se indicaron fueron la duración del ciclo, la duración del sangrado menstrual y las variaciones en la intensidad del sangrado y del dolor. Finalmente, se hizo un análisis de los resultados según la fase del ciclo en la que se habían vacunado a las usuarias.
Al observar que las personas que se habían vacunado antes de la ovulación, presentaban un incremento medio de la duración del ciclo de un día, mientras que las personas que se habían vacunado después no presentaban ningún aumento. Entre las usuarias vacunadas después de la ovulación, un 11% experimentó un incremento de la duración del ciclo menstrual de más de 8 días, un valor clínicamente significativo.
“Estos resultados, observados en los diferentes tipos y marcas de vacunas, forman parte de un tema importante y novedoso, sobre el que todavía hay poca evidencia. Sin la llamada de atención de tantas personas que menstrúan y que notificaron estos cambios, no se realizarían estudios como éste”, añade el Dr. Josep Perelló, a quien le gustaría que se pudiera replicar el análisis con más datos y otras metodologías para confirmar los hallazgos.
Finalmente, el Dr. Perelló insiste en la importancia de vacunarse, pero también de “informar a las mujeres de que si la vacuna se administra en la primera fase del ciclo menstrual, es decir, antes de la ovulación, es posible que experimenten algún tipo de alteración en su ciclo. Y que estas posibles alteraciones serán puntuales”.
Por Karla Islas Pieck
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