Te han diagnosticado cáncer y no sabes qué hacer. El médico te dice cosas que preferirías no escuchar y parece que deberás someterte a un tratamiento que te genera dudas y temores. Pues trata de buscar respuestas que te tranquilicen. ¿Cómo? Una buena opción es buscar una segunda opinión. Aquí te contamos cuándo solicitar la opinión de otro médico calificado.
Claribel se angustió mucho cuando su doctora le dio la noticia de que tiene cáncer. No quería escuchar más aclaraciones ni sugerencias ni tampoco hablar con nadie del tema. Para ella era como el fin del mundo. Y cuando pudo comenzar a pensar en todas las indicaciones que le había dado la especialista y qué cosas debería hacer para llevar adelante su tratamiento contra el cáncer, entonces la angustia se fue transformando en miedos, dudas y cuestionamientos: ¿por qué debo aplicarme esos rayos?, ¿y los medicamentos que debo tomar qué efectos colaterales tendrán?, ¿se me caerá el pelo?, ¿no existe algo menos invasivo para tratar mi cáncer?
Con todas estas cuestiones dando vueltas en su cabeza y ya menos angustiada, Claribel volvió a la consulta y su médico le recomendó que pidiera una segunda opinión con otro profesional, así podría decidir con qué tratamiento contra el cáncer se sentía más cómoda y segura.
Estas situaciones son muy comunes hoy en día. Puedes ser tú misma quien solicite una segunda opinión, tu médico puede sugerirte algún profesional para que consultes y a veces los seguros de salud también incluyen la posibilidad de recibir una segunda opinión profesional cuando se trata del cáncer. Esta práctica, además de responder positivamente a una demanda de los pacientes que son diagnosticados con cáncer, se considera que contribuye a mejorar la calidad de la atención médica.
Una segunda opinión puede darte una perspectiva diferente sobre tu enfermedad, ya que algunos médicos son más conservadores y otros más radicales. Asimismo, puede haber varios argumentos para las distintas opiniones y otro médico puede proponerte algo diferente al primero, una opción que tu primer médico no había pensado o desconocía (ya que es imposible que todos los médicos conozcan todas las alternativas disponibles).
Por todo esto, no debes sentir vergüenza ni limitarte si quieres obtener una segunda opinión. Por ejemplo, puedes pedir una segunda opinión acerca de tu diagnóstico de cáncer cuando:
Una vez que decidas a quién acudir para una segunda opinión en cuanto al cáncer, pide que le envíen tu historia médica, tus radiografías y todos los exámenes que te han hecho relacionados con tu cáncer al médico que vas a visitar (o, si lo prefieres, posiblemente puedes llevarlos tú mismo/a). Quizá te pidan que firmes una autorización para que puedan enviar o que puedan darte la información.
En la primera visita, asegúrate de llevar todos tus medicamentos (incluyendo vitaminas, suplementos, hierbas y las medicinas que tomas ocasionalmente) y ten en cuenta que el médico nuevo revisará la información que le llevas o que reciba, pero te hará preguntas, te examinará y podría solicitar otros exámenes si lo considera necesario.
Una vez que el o la doctora tenga todos tus datos, podrá darte una segunda opinión que confirme la primera o podría sugerir modificaciones al plan de tratamiento propuesto por tu doctor para combatir el cáncer.
Además, puedes aprovechar esta oportunidad para preguntar todo lo que quieras saber, ya que la idea es que esta segunda opinión te ayude a despejar todas las dudas que puedas tener sobre el cáncer que te diagnosticaron y te de la seguridad de que has evaluado todas las posibilidades de tratamiento, para elegir la que te brinde más tranquilidad y seguridad.
Cuando se trata del cáncer, que no te de vergüenza pedir otra opinión si es que no te sientes satisfecho/a con el médico que te vio inicialmente. Tú debes sentirte cómodo/a y tranquilo/a para poder tomar decisiones y combatir el cáncer con todas las cartas puestas sobre la mesa.
Imágen © iStockphoto.com / Derek Latta1
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