Si no estás conforme con la forma de tu cara o algunos rasgos en particular, puedes mejorarlos o resaltarlos con cirugía plástica mediante implantes faciales. La barbilla, los pómulos y la mandíbula son comúnmente las partes de la cara en las que se pueden poner implantes. Aquí te cuento lo que debes saber acerca de los implantes faciales, en caso de que los hayas considerado para mejorar tu apariencia.
Cuando miramos una cara atractiva, no sabemos que detrás de esa percepción de belleza está la armonía que juegan los contornos de la cara, la definición de los rasgos, la estructura de los huesos y la piel. Sin embargo, esa armonía no está presente en todas las caras, y por eso muchas personas se sienten inconformes y buscan poder mejorar ciertos rasgos para así también subir su autoestima.
Si es tu caso y quieres tener una mandíbula más definida o unos pómulos más sobresalientes, te tengo una buena noticia: existe la cirugía plástica de implantes faciales para lograrlo.
Sin embargo, hacerte una cirugía de implantes faciales no puede ser un simple capricho. Los cirujanos plásticos coinciden en decir que un buen candidato para una cirugía para mejorar los rasgos de la cara mediante implantes es aquella persona que no espera lograr la perfección, además de que debe estar en buenas condiciones de salud física y mental. Es importante que sepas de antemano, que la cirugía no te va a hacer lucir como otra persona, sino que será una versión distinta -más atractiva- de ti mismo(a). Este tema y otros, como la razón por la cual quieres hacerte la cirugía, o si has tenido cirugías anteriores en la cara surgirán en tus conversaciones con el especialista. También es indispensable que hables del tipo de anestesia, la duración del procedimiento, el tiempo de recuperación y los cuidados que debes tener.
Dependiendo de lo que quieras mejorar o resaltar, el cirujano plástico puede explicarte las opciones que tienes para hacerte un implante facial:
Ten en mente que como cualquier otro procedimiento quirúrgico, los implantes faciales también conllevan sus riesgos. Podría suceder que el implante se mueva luego de haber sido insertado, por lo cual necesitarías otra cirugía para arreglarlo. Además, existe el riesgo de infección que si sucediera, requeriría antibióticos.
Si llegaras a tener fiebre, inflamación (hinchazón) excesiva, dolor anormal, o una secreción que proviene del lugar donde se hizo la incisión para el implante, es importante que llames a tu médico de inmediato.
Recuerda que lo más importante, más allá de tu apariencia, es tu salud. Por eso, si estás considerando una cirugía de implantes faciales porque quieres “darle al mundo tu mejor cara”, busca a un cirujano plástico acreditado, con experiencia en estos procedimientos y discute con él o ella los riesgos y los beneficios. Es importante también hablar acerca del tipo de anestesia (el anestesiólogo) y el lugar en donde se va a realizar el procedimiento. No olvides también que es crucial tener expectativas realistas sobre los resultados de la cirugía.
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