Existen varios métodos para controlar los frustrantes síntomas del síndrome del colon irritable (IBS, por sus siglas en inglés), nos dice la Mayo Clinic. En este artículo nos describe algunos de ellos.
El síndrome del colon irritable es un trastorno común del intestino grueso (colon), que se caracteriza por sentir dolor abdominal antes o conjuntamente con la presencia de diarrea o estreñimiento. Los síntomas varían ampliamente. En muchas personas, los brotes de diarrea duran unos días, seguidos por un período de remisión. El estreñimiento puede durar días o hasta meses y se presenta junto con diarrea ocasional o funcionamiento intestinal normal. Un pequeño grupo de personas con casos graves de síndrome del colon irritable presenta dolor insoportable que, a veces, es constante.
Son múltiples los factores que pueden contribuir a la disfunción intestinal. La base de la terapia para el síndrome del colon irritable es realizar cambios que en general fomenten una función intestinal sin contratiempos, tanto en el estilo de vida, como en los hábitos de ejercicio y en la alimentación. El tratamiento normalmente implica cooperar con un médico u otro proveedor de atención médica para desarrollar un plan de ejercicio regular y controlar el estrés, la ansiedad y otros factores psicológicos.
Un médico o un especialista en dietética pueden guiar al paciente para que identifique y evite los alimentos problemáticos, así como brindar información sobre otras tácticas alimentarias. Ingerir más fibra puede reducir el estreñimiento porque suaviza las heces y puede también ayudar a hacer más voluminosas las heces sueltas. Últimamente, se ha experimentado con dietas de baja ingesta de ciertos tipos de azúcares, trigo o gluten, y se ha visto que puede ser una posible ruta hacia el alivio de los síntomas. “FODMAP” es el acrónimo de una lista de ciertos azúcares fermentables que se encuentran en la fructosa y en el trigo. Un especialista en dietética puede ayudar a los pacientes a entender la alimentación FODMAP para eliminar los azúcares durante algunas semanas a fin de ver si mejoran los síntomas.
Otro método se relaciona con la concienciación reciente de que algunas personas podrían ser sensibles al trigo o al gluten aunque no padezcan la enfermedad celíaca. Por ello, en quienes presentan principalmente síntomas de diarrea valdría la pena realizar un ensayo de dos semanas con una alimentación sin trigo ni gluten.
Cuando el estreñimiento no mejora pese a los cambios alimentarios, los laxantes, como el hidróxido de magnesio (la leche de magnesia Phillips) o el polietilenglicol (MiraLax) podrían ser útiles. Los antidiarréicos, como la loperamida (Imodium) también pueden ayudar.
Al parecer, las cápsulas de aceite de menta piperita reducen el dolor abdominal relacionado con el síndrome del colon irritable. Iberogast es el nombre comercial de una mezcla de nueve extractos herbarios vinculados con menos dolor abdominal en las personas con síndrome del colon irritable.
Cuando existen síntomas moderados o fuertes y otros cambios no ofrecen alivio al paciente, sería prudente recurrir a medicamentos de venta bajo receta médica. Los fármacos que relajan la pared intestinal (antiespasmódicos) pueden ser útiles tanto para el estreñimiento como para la diarrea producto del síndrome del colon irritable. El médico también puede sugerir un antidepresivo debido a su efecto moderador sobre la percepción del dolor. En casos más graves o de estreñimiento constante, se puede considerar los laxantes lubiprostona (Amitiza) y linaclotida (Linzess).
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