La conjuntivitis, también conocida como “ojo rojo”, es una enfermedad de los ojos especialmente común en los niños. Hay varios tipos de conjuntivitis y algunos de ellos pueden ser muy contagiosos. Se pueden contraer tanto en la escuelas como en casa. Sigue leyendo para aprender más sobre la conjuntivitis y lo que puedes hacer para controlar el contagio.
La conjuntivitis es una inflamación o infección de la conjuntiva, que es una membrana transparente que recubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo. Si se trata de una infección, puede ser bacteriana o viral. Si es una inflamación, también podría ser causada por una reacción alérgica a algún irritante en el aire como el humo u otra forma de contaminación, el polen, los cosméticos o el cloro de una alberca o piscina. De hecho, las personas que sufren de alergias estacionales son más propensos a la conjuntivitis. En algunos casos ciertas ETS (enfermedades de transmisión sexual) como la gonorrea o la clamidia pueden causar la conjuntivitis.
Es importante recordar que la conjuntivitis en sí es una infección sin gran trascendencia pero que puede volverse un problema más serio y afectar a uno o ambos ojos.
Si notas estos síntomas, consulta a tu oftalmólogo˚. Te hará un examen de los ojos para determinar si se trata de conjuntivitis y determinar el tratamiento a seguir.
Dependiendo de la causa, el tratamiento podría incluir una combinación de lavados con yodo o solución salina, compresas frías, lágrimas artificiales, antihistamínicos, antiinflamatorios, gotas antibióticas y/o ungüentos. Si la causa es una infección viral, el virus tendrá que seguir su curso – lo cual puede llevar hasta tres semanas – y el tratamiento se enfocaría en incrementar la comodidad.
Si utilizas lentes de contacto, lo más probable es que los tengas que dejar de usar hasta que se resuelva la infección. Ahora bien, si tu conjuntivitis fue causada por el uso de lentes de contacto, tu doctor podría recomendar que cambies el tipo de lentes que usas o que cambies a una nueva solución desinfectante.
Es importante que mantengas una buena higiene para evitar contagiar a los demás. Debes seguir estos sencillos pasos:
Pero lo más importante es mantener la calma. Si sigues las instrucciones de tu médico, tus ojos pronto regresarán a su estado normal de blancura y comodidad.
Imagen © Shutterstock / Domaskina
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