La artritis tiende a ser un padecimiento de adultos. Cuando esta enfermedad crónica que afecta a las articulaciones y que también puede dañar otros órganos se produce en los niños menores de 16 años se dice que tienen artritis juvenil. Al respecto, una investigación reciente ha detectado que la tasa de cáncer entre los niños que sufren esa condición es cuatro veces más elevada que en otros niños.
La artritis reumatoide juvenil o simplemente artritis juvenil es una condición que, como en los adultos que padecen esta enfermedad, puede causar en los niños inflamación y rigidez en las articulaciones y algunas veces disminución en sus movimientos. Puede afectar cualquier articulación y en algunos casos, también puede dañar los órganos internos. Por eso puede repercutir en el crecimiento y el desarrollo de los niños que la padecen. Puede ser aguda (durando semanas) o crónica (durando meses). Es raro que en los niños dure para toda la vida, aunque sucede muy ocasionalmente.
Como si eso fuera poco, un estudio reciente ha encontrado que los niños que sufren artritis juvenil tienen más posibilidades de desarrollar cáncer.
Esto no estaría necesariamente relacionado con los medicamentos que se utilizan para tratar la enfermedad de las articulaciones, como los inhibidores del factor de necrosis tumoral (FNT), que llevan una advertencia de “recuadro negro” sobre los riesgos potenciales asociados con estos fármacos.
En detalle, esta investigación que fue publicada en la edición en línea del 13 de febrero de la revista Arthritis & Rheumatism, indica que la tasa de cáncer entre los niños que sufren de artritis juvenil es cuatro veces más elevada que entre otros niños.
Para llegar a estos hallazgos, unos científicos de la Universidad de Alabama en Birmingham, en Estados Unidos, analizaron datos de niños bajo la cobertura de Medicaid de los cuales: 7.800 niños tenían artritis juvenil y los compararon con dos grupos: unos 650 mil niños con asma y casi 322 mil niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). El estudio se realizó entre los años 2000 y 2005.
Estos resultados representan una aproximación para entender esta enfermedad, pero los mismos investigadores advierten que todavía es necesario contar con nuevos hallazgos a gran escala y a largo plazo acerca de la asociación entre el cáncer, la artritis juvenil y su tratamiento.
Según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) del año 2008, uno de cada 250 niños en ese país tenía algún tipo de artritis. Los datos del estudio también indicaban que la artritis y otras condiciones reumáticas representan unas 827 mil consultas médicas al año y un promedio de 83 mil visitas a las salas de urgencias.
Si bien se desconoce la causa precisa de la artritis juvenil, que comienza antes de los 16 años de edad y puede durar varios años pero no necesariamente toda la vida, se piensa que es un trastorno autoinmune, es decir que el sistema de defensas del cuerpo se confunde y ataca a alguno de sus propios tejidos como si fuera un invasor externo, por ejemplo un virus o una bacteria.
En el caso de la artritis, esta afecta a las articulaciones y también puede dañar a otros órganos. Sea el daño que provoque se distinguen cinco tipos básicos de artritis juvenil:
Si tu niño tiene inflamación (hinchazón), dolor y rigidez en alguna articulación, como las rodillas, las manos o los pies, que no desaparecen con el tiempo y son más fuertes por la mañana o después de la siesta, puede tener artritis juvenil. No dejes pasar el tiempo, ni tus dudas. Consulta con tu médico para poder definir el diagnóstico y el tratamiento adecuado. Recuerda que además de ayudarle a mejorar el dolor, la artritis juvenil puede destruir la articulación y alterar su crecimiento. El tratamiento oportuno puede ayudar a prevenir y/o limitar el daño. El especialista para el tratamiento de la artritis es el reumatólogo. El reumatólogo trabaja en equipo con el pediatra y el fisioterapeuta (el que da la terapia física) para determinar el mejor tratamiento.
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