Como madres, es absoluto que nuestra vida puede girar en torno a nuestros hijos, especialmente cuándo son pequeños. Desde el momento en que entran en nuestras vidas es frecuente que poco a poco comencemos a dejarnos de lado en la salud para invertir nuestro tiempo y dinero en la de nuestros hijos. Sin embargo, a medida que van creciendo ya no hay una necesidad de atención constante y las enfermedades comúnmente van disminuyendo. Esto abre una puerta para volver a priorizar nuestra salud una vez más. En este artículo te ayudamos a que lo puedas hacer y recordarte donde puedes poner tu foco primero.
Las etapas son diferentes
El camino de la maternidad es compleja, en especial porque muchas veces por presiones sociales la exigencia es estricta, lo que eventualmente, como te contamos en un artículo anterior, lleva a agotamiento, estrés e incluso depresión. Por ello, durante toda la maternidad y en especial al inicio, es necesario dedicarte tiempo para mantener tu individualidad.
Aunque, desafortunadamente, las largas noches sin dormir durante años, una agenda y horarios apretados, además de las preocupaciones de tus hijos enfermos llevan a que eventualmente nos vayamos deteriorando, especialmente si no le hacemos seguimiento a nuestra salud. Ahora, a medida que tu hijo va creciendo en edad e independencia, es importante que vuelvas a recuperar esa sensación de libertad y comiences a pensar en tu salud: En vez de poner tus necesidades, dolores y enfermedades en espera, es el momento de recuperar tu salud y bienestar personal.
Es fácil decirlo
“El autocuidado no es egoísta, sino que es una parte necesaria del cuidado personal”, señalaba para Vida y Salud la psicóloga Mariana Fernández. Es decir, lo primero es reconocer que ya es hora de poner el foco en tu salud. De la misma manera como tenías tiempo para poner las necesidades de tus hijos primero, ahora también puedes encontrarlo para ti. Además, ahora que se acercan a la adultez mostrar que es importante la salud personal es un gran ejemplo para ellos.
Primero, la salud física es importante priorizar para comenzar a ver mejoras en ti:
En ocasiones las enfermedades se complican simplemente porque no fueron descubiertas a tiempo. Ahora que tus hijos tienen más independencia usa tu tiempo para:
La mente y el cuerpo van de la mano
Si te encuentras con tiempo disponible, ya es un buen momento para ir preparando un futuro síndrome del nido vacío (que trataremos en el próximo artículo). Intenta encontrar actividades que ayuden a tu salud física y a la vez que puedan darle sentido a tu vida:
El autocuidado no es solo salud física, también es importante reconectar con tu salud mental y tus emociones. Puedes buscar ayuda psicológica para poder trabajar las culpas o las sensaciones ligadas a los procesos biológicos que puedes estar atravesando (el envejecimiento de los seres queridos, cambios hormonales, entre otros). Los cambios de rutina y roles siempre pueden ser complejos.
Al final, como puedes ver, lo importante está en recordar la importancia también de tu vida y tu salud física, mental y emocional. Así también podrás afrontar de mejor manera la vejez.
Por Carlos Diego Ibáñez
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