Skip to main content

El cáncer del páncreas suele ser uno de los más agresivos ya que, en general, se detecta tarde. Como si eso fuera poco, responde menos a la quimioterapia que otros tumores. Por eso, lo mejor es prevenirlo y evitar complicaciones. Al respecto, nuevos descubrimientos relacionan al consumo excesivo de alcohol y al hábito de fumar como dos factores que pueden dañar la salud del páncreas, aumentando las posibilidades de desarrollar o morir a causa de un cáncer en ese órgano.

Beber en exceso y fumar son dos acciones que muchas veces van de la mano. Aún cuando bebes sólo en ocasiones especiales, ¿no te fumas un cigarrito cuando estás saboreando ese whisky añejo o el licor artesanal que te regalaron? A veces está bien darse un gustito –y aquí no estoy incluyendo al tabaco, que por más que la publicidad quiera convencerte no tiene nada de agradable-, pero todos los excesos son malos. Y si ya por separado estos son dos hábitos nocivos, juntos pueden ser la combinación suficiente como para aumentar el riesgo de sufrir o empeorar algunas enfermedades, como distintos tipos de cáncer, entre ellos el del páncreas.

Un estudio reciente publicado en el medio especializado Archives of Internal Medicine descubrió que el consumo exagerado del alcohol podría aumentar el riesgo de muerte debido al  cáncer del páncreas. En detalle, los investigadores detectaron que las personas que nunca fuman pero que beben tres o más copas de licores fuertes al día tienen un riesgo mayor de morir por este tipo de cáncer. Esta relación no se repite en quienes toman vino o bebidas con menor grado de alcohol.

En busca de las posibles causas que generan este cáncer, otro estudio desarrollado por especialistas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana descubrió que el tabaquismo y los factores genéticos están desplazando al alcohol como la primera causa de daño pancreático.

Específicamente, detectaron que el alcohol causa cuatro de cada 10 casos (y no entre seis y nueve, como se creía), mientras que tres de cada 10 casos se producían por enfermedades genéticas, trastornos del sistema de defensas, daños físicos y otros problemas. En los otros tres de cada 10 casos no se pudo identificar la causa, pero los investigadores sospechan que el tabaquismo podría ser uno de los principales responsables en esos casos.

En realidad, el cáncer del páncreas no es muy frecuente y las posibilidades de sufrirlo no son elevadas. Sin embargo, una vez que se detecta es de los más difíciles de curar, ya que en general cuando se hace visible es porque está avanzado y es difícil de operar o atacarlo con tratamiento. Además, se disemina rápidamente y es más resistente a la quimioterapia que otros tumores.

El páncreas es una glándula localizada detrás del estómago y por delante de la columna vertebral, que produce sustancias que ayudan a digerir los alimentos (para que el cuerpo los aproveche) y produce hormonas que colaboran en el control de los niveles del azúcar en la sangre.

Cómo está oculto detrás de otros órganos, los profesionales de la salud no pueden ni ver ni palpar los tumores en los exámenes de rutina. Y tampoco causa síntomas de inmediato.

Cuando se presentan los síntomas, suelen ser imprecisos, como por ejemplo:

  • Coloración amarillenta de la piel y los ojos.
  • Dolor en el abdomen y la espalda.
  • Pérdida de peso.
  • Fatiga.

Si consideras que tus hábitos te ubican dentro del grupo con mayores riesgos de contraer cáncer del páncreas, ten en cuenta que puedes hacer mucho para ayudar a tu cuerpo a conservar su salud por más tiempo. Si piensas en los beneficios que tendrás si haces lo posible por prevenir enfermedades esta, verás que cualquier esfuerzo parece sencillo y vale la pena.

Imágen © iStockphoto.com / Alejandro Rivera

Comentarios de nuestra comunidad