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Todas las personas, sin importar ni la edad ni las aptitudes físicas, reciben innumerables beneficios si llevan una vida activa, ¡hasta los que tienen una condición crónica! Si la tuya es la diabetes, con seguridad tu doctor te habrá indicado que necesitas hacer ejercicio como parte de tu tratamiento para el control de la misma. ¿Le has hecho caso? No lo dejes para después. Hay razones muy poderosas por las que debes tomarte en serio esa recomendación.

Medir la glucosa (el nivel de azúcar) en tu sangre, administrarte insulina o tomar tus medicamentos, regular tus porciones… con tantas cosas que debes recordar a diario, ¿quién piensa en hacer ejercicio? Reconsidera. El ejercicio realizado de forma constante y regular puede ser un arma excelente para controlar tu diabetes. En lugar de usar tu condición como excusa para acomodarte en un butacón, hazle frente y motívate a proteger y conservar tu salud.

Aquí te damos 10 razones muy poderosas, respaldadas por la American Diabetes Association (Asociación Americana de la Diabetes), por las que los diabéticos en particular deben hacer ejercicio.

1.  Mejor control del nivel de la glucosa en la sangre. La actividad física ayuda a quemar calorías (por lo tanto a usar más glucosa o azúcar como combustible). También hace que el cuerpo sea más sensible a la insulina, por lo que utiliza más eficazmente la que produce tu cuerpo o la que te inyectas.

2.  Presión arterial más baja. El ejercicio ayuda a tu corazón a bombear la sangre con más fuerza y con un ritmo más lento.

3.  Mejor control de los niveles de los lípidos (grasas) en la sangre. Mediante el ejercicio puedes reducir tu nivel de colesterol de baja densidad (LDL) o colesterol “malo” y el de los triglicéridos, mientras que aumentas el del colesterol de alta densidad (HDL) o colesterol  “bueno” que ayuda a proteger tu corazón.

4.  Reduce la cantidad de medicamentos o de insulina que necesitas tomar. Como el ejercicio te ayuda a perder peso y a mejorar el control de tu glucosa, con el tiempo puedes necesitar menos insulina o medicamentos.

5.  Pérdida de sobrepeso. Una rutina regular de ejercicio te ayuda primero a perder las libras o kilos de más y/o a mantener el peso en su nivel correcto al quemar las calorías adicionales. Es importante que consultes a tu doctor antes de seleccionar un plan de ejercicios, para que él o ella te aconsejen acerca qué tipo de ejercicio es el mejor para tu condición y tu estado físico.

6.  Disminuye los riesgos de otros problemas de salud. El ejercicio puede reducir tu riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cardiovascular. Además, reduce la pérdida de densidad ósea y ayuda a prevenir algunos tipos de cáncer.

7.  Más energía y mejor sueño. Te sentirás con más ánimo y energía para realizar tus actividades diarias y de noche podrás descansar mucho mejor.

8.  Menos estrés, ansiedad y depresión. El cuerpo no es el único que se beneficia con la actividad física. Con un cuerpo fortalecido mejora también tu estado de ánimo. ¡Haz la prueba!

9.  Músculos y huesos más fuertes. Esto puedes lograrlo haciendo ejercicios de resistencia, ya sea con pesas ligeras, o con bandas de resistencia, que puedes obtener a precios módicos y que puedes usar en la comodidad de tu hogar, sin necesidad de utilizar máquinas o equipos sofisticados.

10.  Mayor flexibilidad. Al poco tiempo de comenzar a ejercitarte, verás el cambio en tu cuerpo, que poco a poco se hará más flexible. Podrás moverte mejor y sin experimentar molestias.

Y ahora, unas palabras de advertencia para las personas diabéticas como tú que deseen comenzar una rutina de ejercicios físicos:

  • Lo más importante es que consultes con tu médico primero para determinar el tipo de ejercicio que más te conviene (aeróbicos, de resistencia, estiramiento, o una combinación de ellos) y el grado de intensidad de los mismos.
  • Seguramente tu médico te aconsejará que revises tu nivel de glucosa en la sangre antes y después de ejercitarte. Y la razón es ésta: al hacer ejercicio, el cuerpo necesita energía adicional (en forma de glucosa) para los músculos en movimiento. Cuando realizas ejercicios moderados de forma continua, los músculos necesitan hasta unas 20 veces más la cantidad normal de glucosa que normalmente utilizan. Esto puede bajar tu nivel de glucosa en la sangre. Por otro lado, el ejercicio intenso, puede tener el efecto opuesto, ya que el cuerpo lo interpreta como una forma de estrés y libera hormonas que le avisan al organismo que debe aumentar la cantidad de glucosa para brindarle más energía a los músculos. Si te sucede esto, es posible que necesites administrarte insulina después de una sesión intensa.
  • Si tu nivel de glucosa en la sangre es muy elevado, pospón la sesión de ejercicios hasta que llegue a un nivel normal.
  • Utiliza el tipo de calzado y calcetines apropiados. Procura que no te produzcan ni roces ni ampollas.
  • Bebe bastante líquido antes, durante y después de la sesión de ejercicios.
  • Ten a la mano algún tipo de alimento o merienda (snack) en caso de que tu nivel de glucosa se baje demasiado después de ejercitarte.

Y por último, no te desesperes si no ves resultados de inmediato. Todas las cosas llevan su tiempo, ¡hasta los beneficios del ejercicio! Si eres constante y paciente, en pocas semanas empezarás a notar los cambios favorables en el control de tu diabetes.

 

Actualización de un artículo originalmente publicado en el 2012.

Imágen © iStock / James Musselwhite

 

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