Los beneficios de la actividad física para mantener una buena salud son muchos y conocidos. Sin embargo, a veces puede tener algunos riesgos. Si tienes presión alta, por ejemplo, hacer mucho esfuerzo puede hacer que tu presión suba. Aquí te contamos algunas recomendaciones para hacer ejercicio de manera segura, cuando tienes hipertensión.
El ejercicio físico es de gran ayuda para mantener una presión (o tensión) arterial normal y estable. Existen varios estudios que demuestran esto. Incluso, una investigación reciente ha asociado el ejercicio físico con el efecto de la sal en la presión arterial (generalmente la eleva) y detectó que cuanto más actividad tenían las personas, menos efecto tenía la sal sobre la presión, que se mantenía baja.
Otros estudios comprueban que llevar una rutina de ejercicios apropiada permite prevenir la presión alta (la hipertensión) o, en el caso de quienes ya sufren este problema, les ayuda a mantenerla en niveles normales y estables. Se considera que la presión es alta cuando es superior a 120 (presión sistólica-cuando el corazón bombea sangre) / 80 (presión diastólica-cuando el corazón está en reposo o entre latidos).
El problema es que la presión alta o hipertensión arterial es una enfermedad silenciosa, ya que no suele tener síntomas, y puede causar problemas serios como ataques al corazón. Por eso, a la hora de comenzar una rutina de ejercicios, es importante que lo consultes con tu médico, para que pueda indicarte qué cuidados tomar en tu caso, sobre todo cuando estás tomando medicinas.
De los tres tipos de ejercicios que existen – de estiramiento, aeróbicos y de fortalecimiento -, los ejercicios aeróbicos (como trotar, caminar, montar en bicicleta, nadar y esquiar, entre otros) son los más apropiados para quienes tiene presión alta. Además, la actividad física en general (realizada sin exigirse de más) permite:
A la hora de comenzar una nueva rutina de ejercicios, luego de haberte asesorado con tu médico, elige una actividad que te guste y los horarios que te queden cómodos para poder cumplir con tu objetivo. Recuerda que la clave para que el ejercicio realmente tenga un efecto benéfico en tu presión y en tu salud consiste en hacerlo regularmente.
Cuando empieces, recuerda que tienes que ser paciente. En este caso, no se puede recuperar el tiempo perdido, con lo cual, si intentas hacer todo de golpe lo único que lograrás es arriesgarte a sufrir lesiones o problemas mayores debido a tu hipertensión. Hay que empezar poco a poco e ir agregando paulatinamente otros ejercicios o exigencias a medida que vas sumando logros y una vez que tu cuerpo ya haya adquirido la flexibilidad y el fortalecimiento necesarios como para avanzar un poco más.
En general, a las personas con presión alta o hipertensión se les recomienda empezar con rutinas de 10 a 15 minutos diarios, de 5 a 6 veces por semana (aunque 3 veces por semana ya pueden marcar una diferencia). Con el tiempo, lo ideal es alcanzar sesiones de 30 a 60 minutos.
Por otro lado, antes, durante y después de ejercitar, es importante que consideres algunas precauciones:
Si aún tomando estas medidas sientes alguno de los siguientes síntomas de la hipertensión mientras estas ejercitando, deja la rutina y descansa un rato. Si el malestar no pasa en seguida, llama a tu médico para descartar alguna emergencia:
A menos que tu médico te haya recomendado que no lo hagas, no hay motivo para que te prives de hacer ejercicio y de disfrutar de todos los beneficios que la actividad física puede brindarte para tu hipertensión y tu salud en general.
Ultima revisión: 2019
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