Si tienes el colesterol alto, seguramente tu médico ya te habló de la mejor terapia: modificar tu alimentación y hacer ejercicio regularmente. Pero ¿qué pasa si sigues sus recomendaciones y aún así tus niveles de colesterol siguen estando elevados? Tal vez los medicamentos son una buena opción para completar tu tratamiento. Aquí te contamos cuáles son los diferentes tipos de medicamentos para el colesterol.
¿Has escuchado hablar sobre los medicamentos para el colesterol? Seguramente así es, si es que tus niveles de colesterol siguen estando altos, a pesar de que has cambiado tu dieta y todos los días haces algo de ejercicio. Puede ser frustrante darse cuenta de que el cambio en el estilo de vida no haya sido suficiente para bajar los niveles de colesterol en tu sangre y beneficiar la salud de tu corazón. Pero ¡no te desanimes! Gracias a los avances de la ciencia hoy en día existe una variada gama de medicamentos para el colesterol que actúan de diferente manera, dependiendo de lo que necesites. Están aquellos que disminuyen el colesterol malo (LDL), los que reducen los triglicéridos y los que aumentan el colesterol bueno (HDL) en tu sangre.
Tu médico sabrá recomendarte el indicado para tu caso. Recuerda que no todos los organismos son iguales y un medicamento que funcione para una persona, puede no funcionar para otra. Aquí te cuento más sobre los diferentes tipos de medicamentos para el colesterol:
La principal función de las estatinas es reducir el colesterol malo (LDL) para disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Los fibratos están indicados para reducir los triglicéridos, un tipo de grasa en la sangre que incrementa el riesgo de enfermedades del corazón. En algunos casos también aumentan los niveles del colesterol bueno (HDL). Si tienes el colesterol malo (LDL) elevado, los fibratos no son efectivos.
Durante el proceso digestivo, nuestro cuerpo utiliza el colesterol para producir la bilis. Lo que hacen las resinas o secuestradores de los ácidos biliares es unirse a la bilis para que no pueda ser usada durante la digestión. El hígado cree que no hay suficiente bilis, así que produce más y para producir más, necesita más colesterol. ¿El resultado? Menos colesterol circula por tu sangre. De esa forma, ayudan a reducir el colesterol malo (LDL) entre un 10% y un 20%. Estos medicamentos se combinan con frecuencia con las estatinas para lograr una reducción más significativa del colesterol malo.
La niacina o ácido nicotínico es un tipo de vitamina B que ayuda a reducir la producción de sustancias grasas por el hígado. Su principal función es bajar el colesterol malo (LDL) y los triglicéridos, y aumentar los niveles de colesterol bueno (HDL) en la sangre.
Los ácidos grasos Omega 3 reducen el nivel de los triglicéridos en la sangre.
Ahora que tienes más información acerca de los medicamentos para bajar el colesterol, tendrás una mejor comunicación con tu médico al respecto. Recuerda que es posible que primero te receten uno y si no funciona, te cambien a otro. Es cuestión de probar y esperar a que den resultado. Los medicamentos para el colesterol no deben ser la única forma de tratamiento: no dejes a un lado una dieta sana baja en grasas saturadas y el ejercicio regular.
El llevar un estilo de vida sano es importantísimo para la salud de tu corazón.
Imagen © iStock / Hamza Türkkol
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