La diabetes es una condición que requiere que estés siempre prestando atención a tu dieta para mantener tus niveles de glucosa en la sangre dentro de los rangos considerados saludables. Pero cuando te enfermas, aunque sea de un leve resfriado, la diabetes necesita vigilarse más de cerca, pues el cuerpo reacciona para defenderse de la enfermedad y los niveles de glucosa o azúcar en tu sangre pueden subir. Aquí te cuento a grandes rasgos qué debes hacer para evitar que tu diabetes se complique a causa de la enfermedad.
Resfriado, gripe, influenza, diarrea, vómito, fiebre. Estas palabras nos hacen pensar en enfermedad y cama. Pero cuando tienes diabetes y no te sientes bien, no basta sólo el reposo para recuperarte. Tienes que mantenerte alerta para controlar los niveles de azúcar o glucosa en la sangre, pues cuando te enfermas pueden elevarse de manera peligrosa.
Para evitar complicaciones con tu diabetes, incluyendo un coma diabético debido a alguna enfermedad por leve que parezca, debes hacer un plan para actuar antes de que la situación se agrave. También es importante que entiendas qué pasa en tu cuerpo y cómo ciertos medicamentos pueden alterar el control de tu glucosa en la sangre.
Cuando te enfermas, tu cuerpo libera algunas hormonas que ayudan a combatirla. Esto es ideal, pero también tiene efectos secundarios que a una persona con diabetes le afectan: tus niveles de azúcar en la sangre se elevan, lo cual interfiere con el efecto que quiere lograr la insulina: bajar los niveles de azúcar o glucosa. Por eso, cuando estás enfermo(a) es más difícil mantener los niveles de glucosa en la sangre controlados. Es entonces cuando se pueden presentar complicaciones que varían dependiendo de si tienes diabetes tipo 1 o diabetes tipo 2.
Por ejemplo, si tienes diabetes tipo 1, podrías desarrollar cetoacidosis, una condición que ocurre cuando las células de tu cuerpo no reciben la glucosa que necesitan para producir energía. Entonces, tu cuerpo empieza a quemar grasa para obtener energía, lo cual produce un ácido llamado cetonas. Cuando tu cuerpo no tiene suficiente insulina, las cetonas, que se han acumulado en la sangre, salen en la orina y es una señal de alerta, ya que tu diabetes está tan descontrolada que indica que podrías entrar en coma.
Si tienes diabetes tipo 2, especialmente si estás en la tercera edad, también estás en riesgo de desarrollar un coma si te enfermas, pero el tipo de coma en este caso es el llamado coma hiperosomolar hiperglucémico no cetósico (aunque este tipo de coma también le puede ocurrir a las personas con diabetes tipo 1). En el coma hiperosmolar hiperglucémico no cetósico, el cuerpo trata de eliminar el azúcar por la orina (ya que sube demasiado en la sangre) y causa sed, frecuencia para ir al baño inicialmente y una gran deshidratación, hasta que la orina se vuelve muy concentrada, puede haber convulsiones y se puede entrar en coma. Ambos tipos de coma son peligrosos. En ambos casos, hay que actuar de inmediato, debes de informarle a tu médico para que recibas atención lo más rápido posible pues los niveles de cetonas elevados pueden intoxicar tu cuerpo y poner en riesgo tu vida.
¿Cómo puedes prevenir este tipo de situaciones? Planea con tu médico de antemano, especialmente si tienes diabetes tipo 1, cuántas veces debes medir tu glucosa y las cetonas en la orina, cuáles síntomas deben alertarte y cuándo debes llamarlo(a), cuáles medicamentos te recomienda y qué debes comer. Así la enfermedad no te tomará con la guardia baja y podrás evitar poner en peligro tu salud. Toma nota:
Sin duda alguna, con más frecuencia de lo normal. Si tienes diabetes tipo 1, generalmente se recomienda, cada 4 horas. Si tienes diabetes tipo 2, generalmente debes revisar tu glucosa y tus cetonas cuatro veces al día. Presta atención a los valores (anótalos) y consulta los resultados con tu médico.
Los debes seguir tomando, aunque tengas vómito y/o diarrea. Si tienes diabetes tipo 1 seguramente tu médico te recomendará que aumentes la dosis de insulina. Si tienes diabetes tipo 2, debes seguir tomando tus medicinas y quizá debas usar insulina mientras te recuperas. Esto te lo indicará tu médico en detalle y de acuerdo a tu caso. Por eso, es importante planear con anticipación.
Muchos medicamentos para las enfermedades como la gripe, pueden afectar los niveles de glucosa en tu sangre, incluso aunque no contengan azúcar. Sin embargo, es muy importante que si vas a tomar por ejemplo, un jarabe para la tos, leas cuidadosamente la etiqueta para asegurarte de que no contenga azúcar (como sacarosa, dextrosa, fructosa, lactosa o miel) y que no contengan alcohol. Puedes tomar medicinas para la fiebre como el acetaminofén (tylenol o paracetamol) y la aspirina, pero ten precaución en la dosis si tienes problemas con los riñones. Lo mismo se aplica a los antiinflamatorios como el ibuprofén (motrin, advil, aleve) y a algunos antihistamínicos como el allegra. Si tienes dudas, puedes consultar con el farmacéutico o llamar a tu médico para saber cuál te recomienda. Ten en cuenta que existen algunos medicamentos que no contienen azúcar, como ciertos antibióticos que también pueden actuar en contra, pues pueden bajar los niveles de la glucosa en la sangre.
Los medicamentos como los descongestionantes (como pseudoefedrina, fenilefrina) pueden disminuir el efecto de la insulina y de algunas medicinas para la diabetes, además de que pueden subir la presión arterial. Por eso es importante que consultes con tu médico antes de tomarlos. Están contraindicados si tienes hipertensión (presión alta).
Trata de seguir el tipo de alimentación que sigues normalmente. Si tienes vómito o diarrea, debes mantenerte hidratado(a) tomando líquidos que no contienen calorías como el agua o las sodas de dieta. La hidratación es clave para evitar que las cetonas se acumulen en la sangre.
Si te sientes tan mal que no te dan ganas de comer, puedes consultar con tu médico para saber cómo alimentarte. Trata de mantener tu consumo de calorías como lo harías normalmente, pero comiendo alimentos que son fáciles de digerir para el aparato gastrointestinal como; gelatina, galletas saladas (galletas de soda), sopas y caldos, etc.
De cualquier modo, consulta con tu médico acerca de la dieta qué debes seguir si tu cuerpo no tolera la comida para que tu diabetes no se descontrole. En algunas ocasiones, será necesario que vayas a emergencia o urgencias para que te atiendan y te den suero (o sea, un líquido) por vía intravenosa (en la vena) para evitar que te deshidrates.
Extrema el cuidado de tu diabetes en la temporada de gripe o si alguien se enferma en la familia. Evita el contacto con personas enfermas, lávate frecuentemente las manos y vacúnate contra la gripe o influenza cada año para aumentar tu protección.
Si todavía no te has vacunado contra la gripe (influenza), no pierdas tiempo. Mantente informado y sigue las indicaciones de tu medico para que puedas controlar tu diabetes y protejas tu salud.
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