Aunque toda la historia de la humanidad está centrada en el movimiento de personas y la migración, actualmente hay el mayor número de migrantes de toda la historia: 1 de cada 95 personas en el mundo (281 millones) está dejando su lugar de origen para comenzar, en muchos casos, desde cero. Países como Colombia, Venezuela, Haití, y otros de Centroamérica han visto como muchos de sus ciudadanos abandonan su país buscando una oportunidad en el norte o sur de nuestro continente. Abandonar el país supone una carga física y mental. Por eso, en este artículo hablaremos de la carga mental que una familia tiene cuando llega a un país nuevo.
América Latina se mueve
De acuerdo a la ONU, la región de América Latina es la que tiene mayor movilidad humana en todo el mundo, con 15 millones de migrantes en 2020. De acuerdo a la Psicóloga Ruth Álvarez Ramírez, responsable de atención Psicosocial en el Centro de Apoyo Marista al Migrante en Querétaro, México (CAMMI), las personas principalmente llegan como refugiadas; “salen de sus países, en muchos casos sin nada, es como que decidieron irse de su país porque ya no tenían ninguna seguridad, incluso sin tiempo de traer sus papeles e identificación”.
Panamá y el Darién
Un punto de inflexión para los migrantes que vienen desde Sudamérica, África y Asia, que buscan viajar a Norteamérica, es el bosque de Darién; una selva sin carreteras que comparten Colombia y Panamá, haciendo un cuello de botella de 109 kilómetros con más de 130 mil migrantes que lo cruzan cada año.
El Dr. Justo Pinzón-Espinosa, psiquiatra panameño que se encuentra actualmente recabando el perfil psicológico y físico de los que transitan por el Darién señala que “lo que se conoce sobre el contexto humano de ese paso viene desde los reportes periodísticos y las anécdotas: es necesario entender como se encuentran estas personas que deben cruzar por una o dos semanas por la llamada la jungla más peligrosa e inhóspita del mundo”.
Entendiendo y sanando
Este mismo experto ha mostrado que los migrantes tienen una gran dificultad para poder acoplarse a su nuevo país/hogar; algunas de las consecuencias observadas son:
De la misma forma, Ruth Álvarez coincide en que la salud mental se ve afectada al igual que la física: “Muchas enfermedades se agravan, o les aparecen nuevas. Es común escuchar a pacientes que dicen ‘esto en mi país no lo tenía’”, agrega. Junto a eso aparecen otros síntomas:
“El duelo, la pérdida de no estar en tu país, hace que sientas que siempre estás en un viaje afrontando muchos peligros, igual que Ulises [protagonista de la Odisea de Homero] quien estuvo siempre en un viaje tratando de volver a casa”, subraya
¿Cómo ganarle a Ulises?
El síndrome de Ulises (o del emigrante con estrés crónico y múltiple) para Ruth no es una patología, es una experiencia que ahora podemos ponerle nombre. Hay una alerta constante. Por eso:
Si estás en una situación como la descrita acá, es importante que busques ayuda psicológica. En Vida y Salud podemos ayudarte hablando gratis con un psicólogo.
Por Carlos Diego Ibáñez
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