La menopausia es el momento de la vida de una mujer en el que sus periodos menstruales terminan. En concreto, es una fecha. El de la última vez que viene la regla. Este proceso puede ocurrir entre los 45 y los 55 años de edad, aunque la media en la mayoría de países del mundo se sitúa en los 51 años.
Fisiológicamente lo que ocurre es que los ovarios dejan de liberar óvulos. Y también ocurre un descenso en la producción de hormonas como estrógeno y progesterona. Eso implica que tampoco ocurra todo el proceso cíclico de formación del endometrio y su posterior desecho en ausencia de un embarazo y con ello concluye definitivamente la etapa fértil de la vida de la mujer.
Pero los cambios que rodean a este proceso natural pueden aparecer hasta 10 años antes de que ocurra la menopausia y pueden continuar durante varios años después, según explica a Vida y Salud la Dra. Luciana Bergamaschi, ginecóloga especialista en Menopausia del Hospital Dexeus Mujer, en Barcelona.
Muchos de los síntomas pueden ser muy sutiles y varían de forma importante entra una mujer y otra, pero entre los principales están:
En una segunda etapa, durante lo que se considera perimenopausia, es decir, el tiempo durante el cual el cuerpo produce la natural transición a la menopausia y que ocurre durante los 4 o 5 años que rodean la edad de la menopausia, pueden aparecer otros síntomas como:
La Dra. Bergamaschi commenta que, tras la menopausia, se acentúa mucho más la disminución de todas las hormonas sexuales, especialmente de los estrógenos, que es la causa de muchos de los síntomas descritos y, a más largo plazo, aumenta la probabilidad de desarrollar osteoporosis y el riesgo de problemas cardiovasculares.
Un estudio liderado desde el departamento de Ginecología y Obstetricia de la Universidad de California y la Davis School of Medicine, en Sacramento, concluye que los síntomas como la depresión, la ansiedad, la incontinencia urinaria y del índice de masa corporal están más asociados al proceso de envejecimiento -es decir, a la edad- mientras que los síntomas vasomotores, como los problemas del sueño, la sequedad vaginal, el dolor al mantener relaciones sexuales, el descenso en la libido, la pérdida de densidad ósea o el incremento de grasa corporal se relacionan más con la menopausia.
No todo son desventajas
Pero no todo son desventajas con la llegada de la menopausia, matiza la Dra. Bergamaschi. En este proceso también hay “buenas noticias”, por ejemplo:
A pesar de que tanto la menopausia como sus síntomas son un proceso “normal” y ocurren de manera natural, eso no es motivo para resignarnos a sufrir los efectos adversos o la pérdida en la calidad de vida que implica, enfatiza la Dra. Bergamaschi.
“Es verdad que es un proceso natural. Pero hay muchas cosas en el proceso de envejecimiento que son normales o naturales y desde la medicina se hacen cosas para evitar sus efectos. Por ejemplo, la presbicia: con el envejecimiento vamos perdiendo visión y nos ponemos gafas o nos operamos de los ojos porque no aceptamos dejar de ver y hacemos algo para contrarrestarlo”.
Lo primero que debemos hacer, según nos comenta esta experta, es mantener un estilo de vida saludable. “Eso significa una alimentación variada y equilibrada. Realizar actividad física todos los días. Está bien hacer deporte intenso un par de veces por semana, pero es más importante movernos cada día. La vida activa es fundamental en todas las edades, pero en especial en esta etapa de la vida porque cuando dejamos de tener estrógenos aumenta el riesgo cardiovascular”.
Además, en los casos que sea necesario es recomendable iniciar un tratamiento hormonal sustitutivo para reemplazar las hormonas que están por debajo de los niveles esperados para la edad. “Hoy en día cada vez lo indicamos más sobre todo a las mujeres que dejan de tener la regla jóvenes”.
Cada caso se tiene que estudiar detenidamente por un especialista pero, en general, “en mujeres por debajo de los 65 años de edad, que no tengan ninguna enfermedad que lo contraindique, el tratamiento hormonal tiene más beneficios que riegos. Por lo tanto, estaría indicado. Sobre todo cuando los síntomas afectan la calidad de vida”, concluye la Dra. Bergamaschi.
Se calcula que al menos un 30 por ciento de las mujeres en esta etapa de la vida se beneficiarían de recibir algún tipo de tratamiento para paliar los síntomas de la menopausia. “No obstante, la mayoría no están tratadas porque es habitual caer en la trampa de pensar que se trata de un problema natural. Pero también es natural perder la vista y no por eso nos dejamos de poner gafas. Es importante que todas las mujeres sepan que hay alternativas para tratar los síntomas que afectan su calidad de vida y que merecen ser atendidos”.
Por Karla Islas Pieck
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