Si alguna vez te has encontrado con un líquido verde oscuro que recuerda al jugo de espinacas brotando de tu pezón, es comprensible que te hayas sentido sorprendida, e incluso alarmada. Sin embargo, este curioso fenómeno puede tener una explicación más simple de lo que parece. En la gran mayoría de los casos se trata de ectasia ductal que, aunque puede resultar enigmática a primera vista, es una condición benigna que no suele ser preocupante.
La ectasia ductal es un término médico que describe una afección de los conductos lácteos dentro del seno. Aunque puede sonar intimidante, en realidad se trata de una condición común y benigna que ocurre principalmente en mujeres que están cerca de la menopausia. Sin embargo, no discrimina por edad ni género, ya que también puede afectar a hombres, aunque esto es mucho menos frecuente.
Los síntomas de la ectasia ductal pueden variar, pero entre los comunes destaca el dolor en el pecho, la sensibilidad en el área del pezón y la secreción de un líquido de color verdoso o negro, así como cambios en la forma o textura del pezón. Aunque estos síntomas pueden ser preocupantes cuando aparecen, es importante recordar que la ectasia ductal rara vez está asociada con el cáncer de mama.
Uno de los mitos más persistentes sobre la ectasia ductal es su relación con el cáncer de mama. Es crucial comprender que la ectasia ductal, por sí sola, rara vez se convierte en cáncer. Sin embargo, es fundamental no ignorar los síntomas y buscar atención médica adecuada para descartar otras posibles condiciones.
El diagnóstico de la ectasia ductal generalmente se realiza mediante un examen clínico, acompañado de pruebas de imagen, como mamografías o ecografías mamarias. En la mayoría de los casos, el tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas y prevenir infecciones. Esto puede incluir compresas calientes, antibióticos en caso de infección, o en algunos casos, la extirpación quirúrgica del conducto afectado.
Es importante recordar que, si bien la ectasia ductal es generalmente benigna, existen otras secreciones mamarias que pueden ser motivo de preocupación y requerir una evaluación médica inmediata. Por ejemplo, la secreción sanguinolenta o serosa, especialmente si sólo afecta a uno de los senos, es persistente y se presenta sin estimulación del pezón, podría indicar la presencia de una condición más seria, como la enfermedad de Paget o un tumor maligno. Por lo tanto, ante cualquier secreción inusual o persistente, es fundamental buscar atención médica para un diagnóstico adecuado y un tratamiento oportuno.
Por Karla Islas Pieck
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