“La hormona del crecimiento es fundamental para que el individuo tenga un desarrollo físico normal, la falta lleva a un crecimiento incompleto según qué tan fuerte sea el déficit”, señala a Vida y Salud el endocrinólogo argentino Dr. Diego Scwartzstein, quién trató y diagnosticó de esta insuficiencia al astro Argentino Lionel Messi. En este artículo discutiremos las características del tratamiento, el impacto potencial en la salud de las personas, y como un tratamiento temprano puede hacer la diferencia.
La coordinación es clave
Nuestro cuerpo se debe organizar, y muy bien, de lo contrario las billones de células de nuestro cuerpo no podrían saber hasta qué punto actuar. Para poder realizar esta coordinación existen dos sistemas: uno rápido, pero con efecto corto y uno lento, aunque duradero:
La hormona del crecimiento es un excelente ejemplo para conocer la unión neuro-endocrina: esta se produce en una glándula endocrina, que está conectada con el cerebro, llamada hipófisis (pituitaria), y con una señal neuronal se libera. La secreción de la hormona del crecimiento, a diferencia de otras hormonas que son más ‘regulares’, es muy errática, lo que hace difícil saber y diagnosticar un real déficit de esta hormona.
Causas y efectos
La mayoría de las veces, salvo accidentes de la hipófisis o algún defecto congénito, la causa de su déficit no se conoce. En Estados Unidos, 1 de cada 6 mil niños tienen algún grado de deficiencia de la hormona del crecimiento. En Latinoamérica es similar, pero no se conoce del todo.
“Se realizan muchos test para conocer qué tal se está liberando; estos test son dinámicos donde se le plantea al organismo un desafío [utilizando algunos medicamentos] para que libere la hormona, si lo falla entonces el laboratorio apoya el diagnóstico del déficit”, apunta el endocrinólogo.
Tratamientos
“Una vez por noche me iba pinchando la hormona […], ya era algo rutinario”, señaló en una entrevista para el canal Argentino América TV hace unos años el campeón mundial, Lionel Messi, como comenzó su tratamiento a los 12 años. Para el profesional que lo diagnosticó y trató en su infancia, es importante que se considere que sus capacidades futbolísticas no estaban asociadas al déficit. Él no es la representación de la enfermedad, pero que un correcto tratamiento permite lograr las metas de crecimiento y físicas como si su hipófisis funcionara normalmente. “Yo creo que, sin el tratamiento, igual hubiera sido el mejor del mundo”, apunta el doctor.
Actualmente el tratamiento es muy similar al que se realiza para la diabetes insulinodependiente: inyección por vía cutánea de la cantidad específica necesaria de la hormona que se obtiene por biotecnología. En el caso del déficit de la hormona del crecimiento, esta se debe administrar todos los días, durante el tiempo de duración del tratamiento.
Algunos mitos
Por Carlos Diego Ibáñez
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