A hand holding a drink with spotlit lighting and vignetting.
La cirrosis es una condición muy seria que causa graves daños en el hígado. Si no sabes bien de qué se trata, acá te contamos. El hígado es un órgano vital y debes estar alerta ante esta enfermedad reduciendo los riesgos de que se desarrolle. ¡Cuida a tu hígado! Es crucial para la vida.
Por alguna razón, se habla con más frecuencia de la cirrosis en los hombres. Tal vez porque una de sus principales causas es el alcoholismo, y son los hombres quienes tienden a usar más el alcohol para tratar de buscar la salida a sus problemas. El beber de vez cuando no tiene consecuencias graves, pero si su abuso crónico le causa graves daños al cuerpo — sobre todo al hígado. ¿Y qué órgano es el encargado de desintoxicar al cuerpo? El hígado. ¿Y qué pasa cuando el hígado sufre daños graves? Desarrolla cirrosis.
En la cirrosis el hígado va formando tejido fibroso hasta que las células originales se ven reemplazadas por cicatrices, ya no pueden funcionar. El hígado, por si no lo sabes, es un órgano grande que se localiza en la parte superior derecha de tu abdomen. Pero no está ahí de adorno. Es más, cumple varias funciones muy importantes que nos mantienen vivos, como las siguientes:
Cuando el hígado sufre daños leves (cirrosis leve) puede cicatrizar y repararse para poder seguir cumpliendo con su papel en el organismo. Pero si se sigue dañando, se generan más cicatrices que eventualmente hacen que el hígado no pueda funcionar. El abuso del alcohol es una de las principales causas de la cirrosis. La cirrosis por causa del alcohol se desarrolla por lo general luego de diez años de beber mucho regularmente. ¿Qué es beber mucho? Simple: en el caso de los hombres, 5 o más bebidas al día. En el de las mujeres, 3 o más bebidas alcohólicas al día. Y aunque esta es la causa más común de la cirrosis, no es la única. Hay otros factores y condiciones que pueden causarle daño al hígado. Entre ellos están:
Para que estés alerta en cuanto a la cirrosis, presta atención a los síntomas:
El tratamiento para la cirrosis varía dependiendo de la causa. Si es causada por el alcohol, la solución obvia es dejar de tomar. Si se trata de cirrosis causada por hepatitis, hay medicamentos para controlar el daño. Cuando existen complicaciones como hinchazón en las piernas y el abdomen, el médico te recomendará una dieta baja en sodio. Si la hinchazón es demasiado severa, quizá se necesite drenaje o cirugía para aliviar la presión. Cuando el daño del hígado es tan severo que deja de funcionar, se recurre el trasplante de hígado. Esto quiere decir que te sacan tu hígado y lo reemplazan con el de alguna persona que haya fallecido y lo haya donado; o con partes del tejido del hígado de alguien que aún vive. Esta opción sin embargo es complicada porque es costosa y hay que encontrar donantes, lo cual no siempre es una tarea fácil. ¿Qué puedes hacer para prevenir la cirrosis? Hay varias cosas que están a tu alcance y tienen que ver con tu estilo de vida.
Habla con tu médico si tienes otras dudas al respecto. La cirrosis es una enfermedad grave, y afecta un órgano que es vital. Toma las medidas necesarias para prevenir que tu hígado se dañe. No podrás vivir sin él.
Imagen © iStock / nico_blue
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