La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica y no contagiosa, como hemos podido conocer en artículos anteriores. Se refleja principalmente en la piel y su presencia impacta en la calidad de vida de quienes la padecen.
Se calcula que afecta a cerca del 2% de la población mundial, es decir, a cerca de 125 millones de personas según el informe global sobre la enfermedad de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su incidencia varia según la región geográfica y es mayor en los países más distantes del ecuador, afectando también más a la raza caucásica. Estas variaciones parece que se deben principalmente a factores genéticos y ambientales. En Estados Unidos tiene una incidencia de 150.000 casos nuevos por año.
Aunque se ha definido muchas veces como una enfermedad autoinmune, recientemente esta definición está cambiando, como explica el Dr. Josep Riera, dermatólogo del Hospital Clínic de Barcelona, España. “Más que una enfermedad autoinmune ahora preferimos decir que es inmunomediada. Lo que sucede es que en personas genéticamente predispuestas hay una situación desencadenante que provoca que el sistema inmune se desregule y esto ocasiona que el ciclo normal de la piel sea más rápido de lo normal y ocasione los síntomas de la enfermedad”.
Una de las dificultades para desarrollar tratamientos para la psoriasis es que, aunque existe una predisposición genética, a diferencia de otras patologías no hay un único gen que la provoque. “Existen múltiples genes que están asociados a la enfermedad. Y que una persona tenga uno de estos genes no significa necesariamente que vaya a desarrollarla, sino solo que tienen más predisposición”, añade el dermatólogo.
Aunque la enfermedad puede aparecer en cualquier etapa de la vida, es cierto que hay dos momentos en los que se concentra la mayor parte de los diagnósticos. “Hay un primer pico entre los 20 y los 30 años, que es cuando se dan la mayoría de los casos. Luego entre los 50 y los 60 también se produce un incremento de la incidencia, aunque no tan significativo. De todas formas esto no significa que no se pueda originar en cualquier otro momento de la vida de las personas”, explica el Dr. Riera.
¿Cuántos tipos de psoriasis existen?
Como explica el dermatólogo, hay diferentes tipos de psoriasis y no todas presentan los mismos síntomas. Estas son las clases que hay:
Además de toda esta tipología, la psoriasis también se clasifica por su nivel de gravedad, pudiendo ser de leve a moderada y grave. “Para determinar el tipo de gravedad de la enfermedad se tienen en cuenta tres factores. El primero es la extensión del cuerpo que se ve afectada, el segundo es la gravedad de las lesiones que se producen y el tercero cómo afecta a la persona la enfermedad, ya que no es lo mismo una psoriasis en el tronco del cuerpo que en la cara o en la planta de los pies, esta última muy dolorosa para caminar”, apunta Josep Riera.
En el siguiente artículo hablaremos sobre el tratamiento para la psoriasis y los factores de riesgo.
Por Miguel Ramudo
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