Después de una cirugía de la columna, el paciente puede esperar sentir dolor y molestias y cierta limitación de los movimientos hasta que se recupere totalmente, pero ¿perder la vista? Aunque la pérdida de la visión por este motivo, o neuropatía óptica isquémica, es una complicación poco común, ocurre en una de cada mil cirugías de la columna en pacientes sanos de cualquier edad, según afirman unos investigadores. Te invito a informarte mejor.
Corregir una hernia de un disco o una escoliosis (o curvatura anormal de la columna) son razones muy legítimas para que alguien se someta a una cirugía de la columna. El paciente, por supuesto, espera sentir alivio a su condición. ¿Te imaginas, entonces, la desesperación si pierde la vista después de la cirugía? Aunque no es una consecuencia muy común, ocurre en una de cada mil cirugías, según un estudio dirigido por la doctora Lorri Lee, de la Universidad de Washington, el estudio más grande realizado sobre esta condición hasta la fecha. Los resultados de la investigación aparecen en la edición de enero de la revista Anesthesiology.
Esta complicación, conocida como neuropatía óptica isquémica, ocurre cuando se lesiona el nervio óptico, localizado detrás del globo del ojo y puede afectar a los pacientes sanos de cualquier edad, pero hay ciertos factores de riesgo que pueden precipitar este desenlace y que han sido identificados en el estudio de la doctora Lee. Estos son:
Los investigadores llegaron a esta conclusión después de reunir información de una gran base de datos nacional creada por la Sociedad Americana de Anestesiólogos para identificar a los pacientes que perdieron la vista después una cirugía de la columna, y los compararon con los datos de los pacientes que se sometieron a cirugías similares de la columna pero que no experimentaron ceguera.
La importancia del estudio reside en que a partir de ahora algunos de estos factores de riesgo se pueden modificar, reduciendo así las probabilidades de que ciertos pacientes terminen perdiendo su visión después de la cirugía.
Todas las cirugías, por sencillas que sean, tienen riesgos. Es muy importante que el paciente se informe sobre las posibles complicaciones y consecuencias adversas relacionadas con su tratamiento y los procedimientos empleados en el mismo, sobre todo cuando presenta factores de riesgo que incrementan las probabilidades de sufrir complicaciones.
Un paciente bien informado tiene mucho más control sobre su salud y juega entonces un papel más activo en su tratamiento y su recuperación. Cualquiera que sea la condición o el tratamiento, investiga y pregunta, aclara con tu médico todas tus dudas y estarás mejor preparado(a) mental y emocionalmente para afrontar cualquier eventualidad.
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