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Dos tercios de la población mundial la tienen en su estómago. Es una de las causas principales del cáncer gástrico y aumenta el riesgo de desarrollar el linfoma gástrico de tejido linfoide relacionado con la mucosa. Se trata de la bacteria Helicobacter pylori. Conócela más de cerca para que puedas defenderte mejor de ella.  

La bacteria Helicobacter pylori (H. pylori) ha coexistido con el ser humano por miles de años, aunque fue  descubierta por dos médicos australianos hace apenas 25.  Es una bacteria que tiene forma de hélice y es responsable de la mayoría de las  úlceras gástricas, de muchos casos de inflamación crónica del estómago (gastritis) y hasta de algunos casos de cáncer gástrico o Maltoma (un linfoma que no es muy frecuente).

El H. pylori pertenece al grupo de las bacterias gram negativas, es decir, un grupo de bacterias que no se tiñen de azul oscuro o violeta con la tinción de Gram, sino que lo hacen de color rosado pálido. La tinción o  de Gram es un colorante específico que se usa en bacteriología para visualizar y diferenciar a los hongos y a las bacterias. Las bacterias gram negativas son uno de los principales grupos de bacterias y muchas veces causan enfermedades. A este grupo pertenecen las bacterias que causan la gonorrea, la meningitis, las enfermedades respiratorias como la influenza y la neumonía. La salmonella, asociada al igual que el H. pylori a enfermedades gastrointestinales, es otra de las bacterias gram negativas.

Para sobrevivir en el medio ácido del estómago, esta bacteria secreta una enzima llamada ureasa, que convierte a la urea en amoníaco. Así, la acidez del estómago se neutraliza y el ambiente se vuelve benigno para el H. pylori.

Debido a su forma en espiral y a la manera en que se mueve, puede perforar el revestimiento mucoso que protege al estómago, que es menos ácido que el espacio interior, o unirse a las células que revisten la superficie interna del estómago, debilitando los mecanismos de defensa de este órgano y produciendo una inflamación local. Más aún, por razones que no se comprenden completamente, el H. pylori también puede estimular al estómago para que produzca más ácido.

¿Cómo puede alguien infectarse con H. Pylori? Se cree que la bacteria se propaga por medio de los alimentos y el agua contaminados, o por contacto directo con saliva o materia fecal (heces) infectados.  En la mayoría de los casos el contagio se produce durante la niñez. Lo que todavía continúa sin entenderse es por qué algunas personas se enferman y otras no.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, casi dos tercios de la población mundial albergan la bacteria, aunque a la mayoría de las personas infectadas no les causa daño ni les produce síntomas.

Cuando sí se presentan úlceras o gastritis (una inflamación del revestimiento del estómago), los síntomas que podrías tener son:

  • Dolor abdominal, ardor o indigestión. Esto puede ocurrir dos o tres horas después de las comidas, o por la noche cuando el estómago está vacío.  Puede aparecer y desaparecer por varios días o semanas y aliviarse con las comidas.
  • Distensión, sensación de estar lleno, pesadez en el estómago y eructos.
  • Sentir mucha hambre pocas horas después de comer
  • Náuseas o vómitos.
  • Pérdida del apetito y/o de peso.

Ten en cuenta que estos síntomas también se parecen a los de otras condiciones de salud, por eso, si tienes algunos de ellos consulta con tu médico para que pueda determinar de qué se trata y pueda indicarte el tratamiento adecuado.

Para detectar si se trata de una infección debida a la bacteria H. pylori, el especialista puede realizar  distintas pruebas, como exámenes de sangre y de aliento o estudio de las heces (materia fecal), aunque la más precisa es la llamada endoscopía del esófago, estómago y duodeno. Este es un procedimiento molesto e invasivo que suele hacerse sólo cuando se sospecha que la persona tiene úlcera u otro problema causado por el H. pylori (como cáncer del estómago), ya que consiste en examinar el interior de estos órganos con un tubo delgado y flexible, que tiene una luz, y que se pasa a través de la boca hasta el estómago y el duodeno.

Si el resultado es positivo para la bacteria H. pylori, el médico te indicará un tratamiento, de acuerdo a tu edad, tu estado general de salud, tus antecedentes médicos y qué tan avanzada esté la enfermedad. El tratamiento puede incluir antibióticos para eliminar la bacteria y medicamentos para suprimir la producción de ácido (como bloqueadores H2 o inhibidores de la bomba de protones).

Luego del tratamiento, deberás hacerte otros estudios para comprobar que la bacteria se haya eliminado. Si es así, las posibilidades de que vuelva son pocas. De todos modos, como siempre es preferible prevenir que curar, toma nota de lo que puedes hacer para evitar infectarte con la bacteria H. pylori:

  • Lávate las manos después de usar el baño y antes de comer.
  • Come alimentos preparados adecuadamente.
  • Bebe agua de fuentes limpias y seguras.

Ahora que cuentas con esta información, presta atención a las señales y a los síntomas que te de tu estómago. Recuerda que si te diagnostican con gastritis o con una úlcera en el estómago, deben chequear si tienes la bacteria H. Pylori. Y que un ambiente limpio y puede ayudar a disminuir el riesgo de contraer una infección por H. pylori. Si todavía tienes dudas en tu caso particular, habla con tu médico

Imagen © iStockphoto.com / iLexx

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