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Se cree que el radón es la segunda causa principal del cáncer de pulmón después del tabaquismo y se calcula que anualmente ocasiona 21.000 muertes tan solo en Estados Unidos. Aquí te hablamos sobre la forma en que este gas invisible penetra en los hogares, los peligros que conlleva y la importancia de comprobar su presencia en una vivienda, así como qué hacer cuando los niveles de radón son altos.

El radón es un gas invisible que no tiene olor ni sabor y que se encuentra en cualquier tipo de tierra.  El radón es fruto de la descomposición natural del uranio en la tierra y emerge hacia el aire para entrar en casas y edificios a través de rajaduras en los cimientos o de uniones y espacios alrededor de las tuberías.

El radón expone a las células pulmonares a pequeñas explosiones radioactivas, que dañan el ADN de las células sensibles que revisten las vías respiratorias y crean el ambiente propicio para el desarrollo del cáncer de pulmón.

Cuando se desarrolla un cáncer de pulmón, éste normalmente aparece entre 5 y 25 años después de la exposición al radón.  Los fumadores expuestos al radón enfrentan un riesgo mucho mayor para cáncer de pulmón que los no fumadores expuestos a la misma cantidad de radón.

En Estados Unidos, se cree que prácticamente una de cada 15 viviendas tiene niveles altos de radón y éstos podrían variar según la cantidad de uranio contenido en la tierra y la construcción de la vivienda.  En la región central y noreste de Estados Unidos es donde generalmente se encuentran niveles altos de radón.  Además, los niveles de radón podrían variar dentro de un barrio determinado y cambiar de día a día o de una estación a otra.

Existen varias pruebas simples para medir el radón en una vivienda, mismas que pueden adquirirse ya sea en una ferretería o tienda de acabados para el hogar, en muchas oficinas estatales y locales, o en algunos centros académicos.  Existen pruebas a corto y largo plazo: las de corto plazo miden el nivel de radón de la vivienda entre 2 y 90 días, según el tipo de prueba.  La recomendación general es empezar con una prueba de corto plazo y si el resultado es alto, confirmarlo con una segunda prueba.

El promedio para el nivel interior de radón, que se mide en unidades llamadas picocuries, es de alrededor de 1,3 picocuries por litro de aire (pCi/L).  Cuando los resultados son de 4 pCi/L o más, es necesario hacer modificaciones a la vivienda para reducir el nivel de radón.  La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) recomienda que, en dichas situaciones, se trabaje con un contratista certificado por el estado o debidamente calificado para mitigar el radón.

Puede encontrar más información sobre las diferentes pruebas disponibles en el sitio electrónico de la EPA:  http://www.epa.gov/radon/.

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Imagen © iStockphoto.com / Ivanov Valeriy

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