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El beber mucha soda puede traer consecuencias para la salud que oscilan desde ganancia de peso a osteoporosis y/o problemas renales, indica la “Mayo Clinic Women’s HealthSource”.

Las sodas, que en algún momento se consideraron sólo un “gusto” ocasional, durante los últimos 30 años se consumen de manera constante y en más cantidad.  Muchas personas beben soda a diario.  La demanda es tan grande que los fabricantes en Estados Unidos producen soda en una cantidad superior a 52 galones (197 litros) anuales, a fin de abastecer la provisión promedio de un hombre, mujer o niño en este país.

Mayo Clinic Women’s HealthSource estudia los posibles efectos sobre la salud del consumo de tanta soda.  Los estudios en Estados Unidos han descubierto, por ejemplo, una relación entre el hábito de consumir soda y tasas crecientes de obesidad o diabetes tipo 2, tanto en adultos como en niños.  A continuación se mencionan otros posibles efectos:

Sobrecarga de azúcar: muchas de las objeciones sobre las sodas se enfocan en el azúcar.  Una bebida de 12 onzas (355 ml) de soda normalmente contienen 9 cucharas de azúcar y 140 calorías.  Las investigaciones han demostrado que los adultos y niños que suelen consumir bebidas con alto contenido de azúcar generalmente tienden a ingerir más calorías y ganar peso.  Ese aumento de peso se correlaciona directamente con mayor riesgo de diabetes tipo 2.

¿Es, entonces, mejor la soda de dieta? A pesar del bajo contenido calórico de las sodas de dieta, las encuestas de nutrición revelan que quienes las consumen no siempre comen más sano ni pierden peso.  Algunos datos sugieren que los edulcorantes artificiales de las bebidas dietéticas podrían aumentar la necesidad de azúcar de la persona y motivarla a elegir mal sus alimentos.

Síndrome metabólico: un estudio de la revista Circulation descubrió que los adultos de mediana edad que diariamente beben una o más sodas, sea de dieta o normales, tienen más riesgo de desarrollar síndrome metabólico, término que abarca un conjunto de afecciones entre las que se incluye hipertensión, excesiva ganancia de peso alrededor de la cintura, colesterol alto y resistencia a la insulina.

Osteoporosis: la gente que prefiere beber soda podría consumir menos cantidad de leche, que es una fuente importante de calcio.  El hecho de tener un nivel más bajo de calcio puede aumentar el riesgo de padecer osteoporosis, afección en la que los huesos son proclives a sufrir fracturas.  Además, es factible que el ácido fosfórico y la cafeína contenida en las bebidas carbonatadas promuevan pérdida de calcio en los huesos.

Cálculos renales: algunas pruebas indican que las sodas se vinculan con la formación de cálculos en los riñones.  El beber dos o más sodas normales o de dieta al día podría aumentar el riesgo para enfermedad renal crónica.

Lo mejor para quienes intentan perder peso o mejorar su alimentación sería eliminar las sodas o sólo tomarlas ocasionalmente.  Para el resto de gente también sería bueno disminuirlas, sobre todo aquellos que beben más de una soda al día.

 

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Imágen © iStockphoto.com / Brian Toro

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