Cada vez las recomendaciones nutricionales son más contradictorias, además de que nos llega por diversas vías información sobre dietas que ofrecen soluciones en muy poco tiempo. Más allá de la inviabilidad de mantenerlas en el tiempo, suponen un gasto monetario y físico. Ya en otro artículo la investigadora Marina Idalia Rojo López señalaba que “hay que hacer las paces con nuestro cuerpo y establecer metas realistas, […] que sean sostenibles en el tiempo”, una de las primeras opciones es aumentar el consumo de frutas. Hoy te hablaremos de estos deliciosos y coloridos regalos de la naturaleza. Todo a propósito del día internacional de la fruta, el 1 de julio.
Las frutas en general tienen una gran cantidad nutrientes. Por ejemplo, el chocolate y el café, ambos productos provenientes de las con muchos beneficios nutricionales. Algunos de estos beneficios y componentes beneficiosos encontrados en las frutas son:
La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir como mínimo 400 gr (casi 1 libra) de frutas y verduras diariamente (2 a 3 piezas de fruta diariamente). Nuestra región consume en promedio la mitad de lo recomendado; estamos al debe aún.
Vamos a desmentir algunos mitos sobre el consumo de frutas:
– El azúcar de las frutas es malo: Procesar un alimento (cocerlo, molerlo, agregarle ingredientes) significa concentrarlo y dejar sus nutrientes más disponibles. Es decir, le quitamos el trabajo a nuestro sistema digestivo. El problema radica en que el azúcar se absorbe muy rápido, por ejemplo, al hacer un jugo y no comer la fruta entera, aunque las vitaminas y minerales se mantienen igual.
Ya que, en la fruta entera, el azúcar está entrelazada con la fibra y agua, su absorción se hace mucho más lenta, regulando el azúcar de la sangre. La moderación es clave, debes consultar con tu profesional de la salud cuál es la cantidad correcta de consumo para ti y qué frutas debes evitar.
– Solo se puede comer fruta a cierta hora: Eso es falso. Nuestro cuerpo está adaptado para absorber los nutrientes de los alimentos de la forma más eficiente posible; si te comes una fruta, no importa el momento, tu cuerpo sabrá qué hacer. Un mito común es que no debes comer fruta con el estómago vacío ya que hace la digestión pesada. Eso no es correcto, simplemente no se mueve tan rápido como la comida procesada.
La fruta hace la digestión más lenta, lo que para aquellos no acostumbrados puede ser molesto; pero eso no es malo, al contrario, por lo que una vez más, la fruta te puede ayudar a regular la cantidad que comes.
No importa si son los ricos bananos de Centroamérica, las manzanas del estado de Washington, o los mangos del Caribe; nuestra región tiene una diversidad enorme para poder elegir y disfrutar de todos los beneficios en una variada y nutritiva dieta que incluya mucha fruta.
Por Carlos Diego Ibáñez
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