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¿Sabías que podrías haber nacido con una disposición positiva o negativa? ¿Sabías que si inviertes la energía en odiar a alguien puede afectar tu salud? ¿Sabías que acosar a alguien tiene efectos negativos para ti y no sólo para tu víctima? Infórmate sobre los efectos de estos sentimientos en la salud.

Un dicho budista dice: “Sentir odio es como beber veneno y esperar que otra persona muera”. El odio no te ayuda ni hace nada para ayudar lo que deseas lograr. No sólo gastas energía sino que afecta tu salud de forma negativa.

Un diccionario define al odio como: aquel sentimiento de aversión, de rechazo muy intenso, que una persona siente hacia otra o hacia algo. Agrega que, el odio es el sentimiento más negativo que un ser humano pueda experimentar en su vida, porque con él le desea el mayor mal posible, ya sea al sujeto u objeto odiado.

Un estudio publicado por the Public Library of Science evaluó las reacciones de las personas con estudios de imágenes del cerebro (específicamente, estudios de imagen por resonancia magnética o MRI). En ellos demostraron que las áreas del cerebro que se activaban cuando una persona veía la imagen de un enemigo eran las imágenes de la corteza cerebral, que se asocian con razonamiento y juicio, que no se activaban al ver una imagen de un ser querido. De acuerdo a uno de los investigadores, esto se puede deber a que cuando vemos a alguien que queremos, no tenemos que estar vigilándolos. O sea, cuando se trata del odio todo es calculado, cuando se trata del amor, se tiene confianza. Este es uno de los primeros estudios que se realiza para evaluar la respuesta emocional de odio a la imagen de la cara de una persona. Se desconoce cuál sería la repuesta si el odio fuera dirigido a un grupo y no a una persona.

Por otro lado, existen otros estudios publicados en el Journal of Personality and Social Psychology que sugieren que la razón por la cual algunas no les gusta nada y a otras les gusta todo se debe a su personalidad. De hecho, los investigadores incluso, inventaron un término nuevo: “actitud de disposición”. Dicen que los que tienen una disposición positiva, tienen una tendencia a que les gusten las cosas, independientemente de las cosas, ya que se enfocan en las características positivas de lo que ven. Y lo opuesto también es cierto.

Ahora, si sabemos que la gente negativa y que odia ciertas cosas, tiene esa predisposición, un estudio publicado en Social Psychology, ha encontrado que se pasan más tiempo participando en menos actividades, comparado con los que tienden a disfrutar de todas las cosas y a ser más positivos. La ironía es que como pasan más tiempo en menos actividades, tienden a perfeccionar sus habilidades en esas tareas específicas y llegan a ser especialmente buenos en ellas. O sea, estaban más enfocados en lo que deciden hacer. Por otro lado, los más positivos tienen oportunidad de disfrutar una variedad más amplia de actividades.

Volviendo a la salud, el odio crónico puede causar estrés (que afecta a la salud) y hasta causar aislamiento social, que también es negativo para la salud.

Un estudio en Social, Science & Medicine publicado en 2014 encontró que la discriminación y el estigma negativo causa efectos negativos en la salud. En este caso, la investigación demostró que las minorías sexuales en las comunidades en donde los residentes reportaron niveles elevados de prejuicio contra los homosexuales estaban en mayor riesgo de morir comparado con las comunidades en donde había menos prejuicio. Y la diferencia era marcada, con una diferencia en la esperanza de vida de 12 años (parecido a lo que se ve entre las personas que acabaron educación secundaria y los que no la terminaron). También hay estudios que enseñan las consecuencias negativas en la salud mental (algunos asociados con tasas de suicido). Pero estos estudios revelan los efectos en las víctimas.

Algunas personas que odian a otra u otras, las acosan. Y eso, además de cualquier lesión física que les pueda causar, puede llevar a problemas emocionales, sociales o hasta desenlaces que lleven al suicidio. Cualquier niño o adolescente expuesto a acoso está en mayor riesgo de tener problemas de salud mental (ansiedad, depresión), de auto-estima, incluso a largo plazo. Algunos tienen problema de ajuste en la escuela o la abandonan. Otros recurren al uso y/o abuso de drogas o alcohol. Y, ¡ojo!, el acoso puede suceder en el trabajo también.

Pero al acosado también le afecta negativamente ya que, aunque parezca que la persona que acosa a alguien disfruta lo que hace, los estudios de niños o adolescentes acosadores demuestran que tienden a:

  • Involucrarse en más peleas
  • Participar en robos
  • No terminar la escuela
  • Tener comportamientos sexuales riesgosos a temprana edad
  • Usar drogas y/o a abusar el alcohol
  • Tener comportamientos ilegales con convicciones criminales
  • Tener comportamientos abusivos con sus esposas e hijos como adultos

Volviendo al odio, hay quien dice que una de las razones para odiar es porque tapa muchos otros traumas que la persona preferiría no sentir, como: dolor, pérdida, traición, abandono, envidia, etc. Y, que si te aferras al odio y no perdonas, no tienes que sentir esas emociones (que son intensas), y que a veces, es más fácil aferrarse al odio que los sentimientos más profundos que se encuentran detrás del odio.

Los beneficios de lidiar con el odio y eventualmente superarlo incluyen el tener una vida con menos estrés y más saludable.

Existen una organización maravillosa, la Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés) que tiene casi 100 años ofreciendo una gran variedad de programas estudiando y monitoreando el odio y dando clases sobre cómo combatir la intolerancia en todas sus formas a nivel internacional. Puedes encontrar más información acerca de estos programas visitando la página de Educación del ADL en www.adl.org.

Es importante que hables con tus hijos acerca de lo que está sucediendo, del odio y la violencia, así como de los actos de amor y de bondad que nos unen.

Creo que es importante recordar que así como el odio tiene un impacto en todo lo que toca, el amor lo cambia también.

 

Publicación original: 2016

Ultima revisión: 2017

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Imagen © iStock / Richard Clark

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