La pericoronitis, la inflamación de la encía alrededor de la corona, puede afectar a cualquier diente, pero es más común que surja en los terceros molares, o muelas del juicio. Cuando estos brotan parcialmente por la escasez de espacio de que disponen, crean el entorno perfecto para que se desarrollen las bacterias, lo que puede conducir a una infección desde leve hasta extremadamente dolorosa, afectando incluso el cuello, la mandíbula y las mejillas.
Antonia no le hizo mucho caso a un extraño sabor en la boca que empezó a sentir y lo achacó a una mala digestión. Pero las encías comenzaron a dolerle al punto que no podía abrir bien la boca, ¡y ni hablar de masticar cómodamente! Eso la llevó a visitar a su dentista. ¿El diagnóstico? Pericoronitis.
Antonia no había escuchado nunca esa palabra, pero su odontólogo amablemente le explicó que era algo común en las personas de su edad, en los jóvenes entre los 17 y los 25 años. Los cordales o muelas del juicio son las últimas en brotar, y cuando lo hacen, muy a menudo no encuentran suficiente espacio. Si logran brotar parcialmente, las bacterias y hasta los restos de los alimentos penetran y se acumulan dentro del bolsón que rodea el diente (o la corona). Este entorno oscuro, caliente y húmedo es ideal para el desarrollo de una infección que, en sus casos más severos, puede acumular pus, y afectar los ganglios del lado infectado. La inflamación, las molestias y el dolor pueden dificultar el abrir la boca, masticar y algunas veces, puede hacer que duelan los oídos.
La pericoronitis se caracteriza por los siguientes síntomas:
Es importante acudir al dentista cuanto antes para que se elimine la infección rápidamente, y sobre todo cuando la cara ya se ha inflamado. Si la infección es alrededor de un tercer molar, el dentista con seguridad tomará radiografías del molar para comprobar su ubicación y determinar si está impactado.
Si ha brotado parcialmente, limpiará con cuidado el bolsón para eliminar cualquier residuo (suciedad) y/o los alimentos que se hayan acumulado. Esto se realiza irrigando el área con un chorro de agua a presión hasta que quede bien limpia. Para reducir la infección, se indicarán antibióticos (por lo general, penicilina), enjuagues de solución salina y un analgésico para combatir el dolor.
En los casos más severos de pericoronitis, es necesario cortar quirúrgicamente el capuchón o tejido que bordea al molar o al diente y si el molar esta impactado (o sea, que no puede brotar por falta de espacio), será necesario extraerlo mediante cirugía.
Si notas alguno de los síntomas, no esperes a que empeore y haz una cita con el dentista. Aunque la pericoronitis es más frecuente en las personas jóvenes cuyos cordales están brotando o han quedado impactados, puede ocurrir alrededor de cualquier otra pieza de la boca, especialmente si la limpieza bucal es deficiente. Como medida de precaución, mantén una buena higiene bucal, y visita a tu dentista con frecuencia.
Ultima revisión: 2017
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