Las paperas, también conocidas como ‘mumps’ en inglés, son un conjunto en enfermedades virales que infectan las glándulas salivales produciendo que estas se inflamen, lo que da lugar a un característico aumento del volumen del cuello y debajo de las orejas. Hasta el descubrimiento de las vacunas, era una enfermedad que casi todos los niños de entre los 2 y 12 años tenían en algún momento. En Estados Unidos actualmente es muy poco común que aparezca, aunque en comunidades donde algún individuo no vacunado se infecta puede producir brotes, como los que ocurrieron en 2006 y 2017. En este artículo te hablaremos de los aspectos claves de las paperas: sus causas, síntomas, la prevención y tratamiento.
Las paperas ocurren por una infección de un virus de la familia de los que también producen infecciones del tracto respiratorio (bronquitis y neumonía en los casos más serios) y el sarampión. En los perros, es el responsable de la distemper o moquillo. En todos los casos la transmisión se da a través de gotitas respiratorias o en contacto directo con la saliva de una persona infectada.
En el caso de las paperas, el órgano principalmente afectado es la glándula salival de mayor tamaño: la parótida, dando lugar a una inflamación que abulta el cuello, como si fuera una papada y delante de las orejas. Muy característico.
En el caso de los hombres, es posible que los testículos se inflamen, lo que se conoce como orquitis: “Es la principal complicación que se ve en adultos que ya atravesaron la pubertad. Aparece luego de 2 semanas de haber tenido la inflamación de las parótidas”, apunta el Urólogo Dr. Mayan Masarani, del Hospital de Chelsea y Westminster. Esta complicación puede resultar una baja de la fertilidad masculina, aunque en muy raras ocasiones.
Lo mismo puede ocurrir con los ovarios donde, de acuerdo a la Dra. Dara Grennan, quien señala en un artículo para la revista JAMA de la Asociación Americana de Medicina, también se produce la oforitis, pero difícilmente se afecta la fertilidad.
Además, enumera, que otros órganos que raramente se vean inflamados son:
Eso sí, antes de la aparición de la vacunas contra las paperas, se esperaba que un cuarto de los pacientes presentara meningitis.
Lo más común es que la persona enferma de paperas se recupere sin muchas complicaciones luego de 2 o 3 semanas. Las vacunas permitieron que se reducieran las complicaciones en casi un 90% de los afectados y que el total de pacientes se reduzca casi a menos de 1 por cada millón de personas en el mundo.
Esta vacuna, llamada triple vírica protege también contra la rubeola y el sarampión (MMR, por la primera letra de cada infección en inglés). Con dos dosis entregadas durante la niñez se reduce casi al 90% la posibilidad de infección.
Personas que están en ambientes muy concurridos, que viajan constantemente al extranjero y trabajan en la atención médica deben, según las recomendaciones del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidense, ponerse una tercera dosis.
Entonces, gracias a las vacunas, muchos afectados de paperas se quedan solo con síntomas similares a un resfrío como son:
Recordando que una infección viral como esta no tiene tratamiento específico, es recomendable hacer reposo, tener buena hidratación y tomar analgésicos recetados por un profesional de la salud.
“Es importante estar pendiente a los síntomas, especialmente si hay problemas de orientación, pérdida de la audición o problemas del páncreas. Si ocurren se debe acudir a urgencias porque puede ser necesario hospitalizar para aplicar tratamientos de apoyo”, apunta la Dra. Mary Ramsay de la agencia para la protección de la salud e infecciones de Londres, Reino Unido.
Finalmente, posterior a la pandemia por COVID-19 se observó un incremento en el número de contagiados con paperas en Estados Unidos, llegando a 436 el 2023 y casi 100 en los primeros 3 meses del 2024. Para la Dra. Jennifer Fisher, del departamento de Emergencias Médicas del hospital general de Massachussets, Boston la respuesta está:
Al igual que con el coronavirus, para prevenir los contagios ses importante cubrir la nariz y boca al toser, eliminar en la basura los papeles utilizados para sonarse la nariz y lavarse las manos con jabón durante al menos 20 segundos. En el hogar del afectado es importante desinfectar las superficies que se han tocado.
Por Carlos Diego Ibáñez
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