Las enfermedades de transmisión sexual o ETS incluyen una serie de infecciones causadas por diferentes virus y bacterias que afectan a miles de millones de personas en todo el mundo, muchas de ellas jóvenes. Frecuentemente causan complicaciones muy serias a corto y largo plazo, los síntomas pueden ser muy variados y, desgraciadamente, existen muchos mitos. El tratamiento temprano es muy importante. Sigue leyendo para que estés informado sobre las ETS.
Muchas veces cuando se piensa en las enfermedades de transmisión sexual, las personas piensan en el SIDA, y se les olvida que existen muchas otras enfermedades venéreas o transmitidas por contacto sexual (ETS) como: sífilis, gonorrea, clamidia, herpes, el virus del papiloma humano, tricomoniasis, en fin.
El hecho es que varias de estas enfermedades de transmisión sexual o ETS han estado con nosotros por siglos. Son más frecuentes que muchas otras enfermedades infecciosas y afectan a millones de personas cada año. Por ejemplo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) estima que sólo en Estados Unidos se diagnosticaron 20 millones de casos nuevos de ETS en 2013, la mitad de los casos en personas entre los 15 y los 24 años. Y esto, considerando que no todos los casos de enfermedades venéreas se reportan a las autoridades. ¡Imagínate!
Cada una de estas infecciones potencialmente pone en riesgo la salud de la persona a corto o a largo plazo, aumenta su riesgo de que contraiga el virus del SIDA y puede aumentar el riesgo de complicaciones relacionadas a la reproducción (como infertilidad o embarazo ectópico). Por todo esto, las enfermedades de transmisión sexual se deben tomar muy en serio.
Hay una serie de mitos acerca de las enfermedades de transmisión sexual o ETS que me gustaría compartir contigo:
La verdad es que, excepto en raros casos que veremos más adelante, las enfermedades venéreas o ETS sólo se contagian cuando se tienen relaciones sexuales con una persona infectada y pueden ser muy peligrosas cuando no se tratan. Pueden causar infecciones en otras partes del cuerpo, esterilidad, pueden afectar al bebé en el embarazo o al nacer y pueden llegar a causar la muerte. Todas necesitan tratamiento.
Los síntomas pueden ser muy variados. Desde sentirse perfectamente bien, a notar un flujo que manche la ropa interior, a notar lesiones o granos en los órganos genitales, a tener dolor en el abdomen y fiebre, a requerir hospitalización para el tratamiento. Te recomiendo que no trates de diagnosticarte solo(a) y que evites los tratamientos caseros que pueden no soló no ser efectivos, sino también pueden ser peligrosos. Recuerdo el caso de un paciente que se aplicó gasolina para “tratar de curarse”, ya se imaginarán el resultado…..
Una enfermedad de transmisión sexual, como su nombre lo indica, se adquiere de tener contacto sexual. En algunos casos, la puede adquirir un bebé a través del embarazo o el parto si la madre está infectada. O se puede adquirir a través de una transfusión sanguínea (debido a sangre contaminada) o de una aguja o jeringa contaminada (en el caso de las personas que usan drogas o se hacen tatuajes, por ejemplo).
Algunas personas no tienen síntomas, y en los que sí los tienen, los signos y síntomas pueden variar dependiendo de la infección y pueden durar días o más dependiendo del microorganismo que la cause.
Si tienes cualquier razón por la cual sospechas que podrías tener una enfermedad de transmisión sexual, busca ayuda de inmediato. La mayoría de las enfermedades venéreas se pueden curar o como el VIH, el herpes o el VPH, se pueden controlar. Presta atención a tu cuerpo. Que no te dé pena. En los Estados Unidos y en algunos otros países, los menores se pueden tratar sin que requieran permiso de los padres — los profesionales respetan su confidencialidad y quieren ayudarlos. Explica cuáles son tus síntomas o preocupaciones y coopera con el tratamiento. Entre más pronto te atiendas, menor será el riesgo de que desarrolles un daño permanente.
El diagnóstico y el tratamiento generalmente no son dolorosos o caros. Para el tratamiento podrías:
Lo importante es que recibas tratamiento.
Si padeces de una enfermedad de transmisión sexual:
Desde luego que, así como el SIDA, podemos prevenir las otras enfermedades de transmisión sexual y esto es lo ideal. Lo único que proporciona un 100% de protección es la abstinencia (el no tener contacto sexual) o cuando 2 personas que no están infectadas tienen contacto sexual únicamente entre ellas. De no ser así, hay ciertas cosas que puedes hacer para disminuir tu riesgo.
Ahora estás informado o informada. El cuidarte de las ETS está en tus manos. Disfruta de las relaciones practicando sexo seguro y habla abiertamente sobre el sexo con tu médico de cabecera y/o ginecólogo. Se lo debes a tu pareja… y a ti mismo(a).
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