Tener el hábito de hacer ejercicio, es un todo un reto. Para muchas personas, la actividad física es una meta de esas que se ponemos el primero de enero, quizá empezamos a cumplirla, pero ya para febrero se diluyó entre la maraña de cosas que tenemos que hacer en nuestro día a día. Al parecer, mucho de esto tiene que ver con las personas con las que te rodeas: si ellos son activos, tu quizá también lo serás. Hacer ejercicio debe traernos felicidad y qué mejor si lo hacemos acompañados.
En Estados Unidos, se publicó en 2018 un documento con pautas de activad física del Departamento de Salud y Servicios Humanos. En ellas se resume científicamente por qué es necesario hacer ejercicio. Sus conclusiones demuestran claramente que la actividad física es la que tiene una mejor relación costo-beneficio para la salud pública. Dentro de estos beneficios, podemos mencionar:
Al mismo tiempo, la actividad física mejora la función corporal en todas las edades. Es decir, con una adaptación a la actividad física, en cualquier momento de la vida se verán beneficios. Por ejemplo, la actividad física adaptada a una mujer embarazada le ayudará a reducir la ganancia de peso excesiva, tener diabetes gestacional y depresión postparto.
Definitivamente es importante salir del sedentarismo absoluto. El mismo reporte señala que tener actividad física liviana reduce el riesgo de mortalidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Ahora, efectivamente lo que se señala como ideal comprende de 150 a 300 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada (que acelere notablemente la frecuencia cardiaca). Pero salir de el sedentarismo es muy difícil, y más en el mundo acelerado en el que nos encontramos.
¡Con ayuda, mejor!
De acuerdo con un artículo científico publicado en la revista PlosOne, una investigación llevada a cabo por Ensela Mema y su equipo de la universidad de Kean en New Jersey, puede tener algunas pistas: La influencia social es clave para lograr un cambio en los hábitos de actividad física. Ellos estudiaron matemáticamente las tendencias que las personas tienen al interactuar socialmente.
Si bien estas tendencias no se probaron en la vida real, si están alineadas con abundantes resultados de investigaciones previas. Un ejemplo es de una revisión del 2014 publicada en la revista de ciencia y medicina deportiva: reconocieron que hay una fuerte efectividad en realizar actividad física basada en una comunidad, el contacto personal es prometedor para salir del sedentarismo.
Algunas pautas
Un artículo de nuestra revista nos señalaba algunas actividades que podemos comenzar a realizar para iniciar una vida activa. Y que mejor si se hace con amistades que nos apoyen y nosotros los apoyamos a ellos.
Definitivamente podemos encontrar muchas excusas, pero nuestro cuerpo no debe escucharlas. Debemos salir del sedentarismo cuanto antes, aunque sea para dar un paseo. Recuerda, eso sí, siempre debes asesorarte con tu médico de cabecera si quieres dar el paso a iniciar una vida con actividad física intensa.
Por Carlos Diego Ibáñez
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