En el artículo anterior hablamos sobre qué son las maculopatías y cuáles son los tipos de ellas. En esta ocasión te contamos los síntomas, los factores y qué se puede hacer para ponerle freno a esta condición.
Síntomas
El principal síntoma de las maculopatías es que disminuyen la agudeza de la visión central, causando dificultad para percibir de forma correcta los colores y los detalles en las imágenes. Los síntomas de la maculopatía son, por tanto:
Factores de riesgo
Los expertos no están seguros exactamente de qué causa los daños en la mácula, aunque sí se sabe que existen ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir una maculopatía. Estos son algunos de los factores más importantes:
¿Se puede poner freno al deterioro de la mácula?
“Es clave realizar un diagnóstico precoz y llevar un control exhaustivo de la enfermedad. Cuando esta entra en una forma especialmente agresiva y de avance rápido, que llamamos DMAE húmeda, podemos tratarla con fármacos”, explica la Dra. Burés.
Según añade, “son fármacos que han revolucionado el tratamiento de la DMAE y que actúan directamente en el interior del ojo. Los administramos periódicamente en consulta, a través de una sencilla inyección que produce mínimas molestias. Las inyecciones intraoculares también se utilizan frente a otras patologías como el edema macular, aunque existen ciertas enfermedades de la mácula, como el agujero macular o las membranas epirretinianas, que precisan cirugía.
El papel del paciente es clave
Debido a la importancia de la mácula para gozar de una buena visión, conviene ponerla en manos expertas. Cuando se trata operarla, hablamos de “una microcirugía sumamente precisa y minuciosa, para la que utilizamos sofisticados equipos de visualización en el quirófano e instrumentos de mínima incisión, que nos permiten ver la mácula con gran detalle y realizar maniobras muy finas”, apunta la Dra. Burés.
Asimismo, el papel del paciente es básico, ya que todo empieza por acudir a revisiones periódicas con el oftalmólogo. Solo, de este modo, es posible detectar las lesiones maculares más incipientes, cuando todavía no se traducen en pérdidas acusadas de visión y, por tanto, existen más posibilidades de poder atajarlas a tiempo. Además, pueden ayudarnos test de autoexploración, como la Rejilla de Amsler. Un último consejo de la Dra. Burés “Recomiendo hábitos saludables que benefician a la salud ocular y al buen estado de la mácula, como seguir una dieta equilibrada y mediterránea, realizar ejercicio físico regular o evitar el tabaco. Y proteger los ojos del sol, ya que la mácula también recibe los daños acumulativos de una exposición prolongada sin protección, lo que puede acelerar patologías como la DMAE”.
Por Miguel Ramudo
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