El 19 de mayo se conmemora el día mundial de la enfermedad inflamatoria intestinal, un término médico que abarca, principalmente, a dos enfermedades:
“Son enfermedades crónicas, aún no contamos con tratamientos que las curen. Pero sí hay muchos tratamientos efectivos para ellas”, destaca la doctora Ana Gutiérrez Casbas, presidenta del Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GETECCU).
Se estima que, en Estados Unidos, entre 150 y 550 personas de cada 100.000 la padecen (http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1561-31942022000500019). Como su nombre indica, la enfermedad inflamatoria intestinal afecta al intestino:
Además, de afectar al intestino, ambas pueden afectar a otras partes del cuerpo como:
Es lo que se conoce como manifestaciones extraintestinales de estas enfermedades.
“No conocemos completamente las causas de estas enfermedades. Pero sabemos que están mediadas por una respuesta exagerada del sistema inmune. Además, tienen un cierto componente genético, aunque no pueden considerarse enfermedades hereditarias: si hay algún familiar afectado, hay más riesgo de tenerlas”, explica la experta.
Son enfermedades características de pacientes jóvenes. Los síntomas más frecuentes están relacionados con la esfera digestiva:
Si no se trata la enfermedad de Crohn, pueden causar complicaciones como:
La colitis ulcerosa puede precisar, si no se trata, de una cirugía para extraer todo el intestino (aunque estas complicaciones son infrecuentes). La inflamación sí puede causar cambios en las células intestinales (displasia), con más riesgo de tumores intestinales. “Por estos motivos, es muy importante realizar un buen control de la enfermedad, con un diagnóstico temprano, para evitar complicaciones a largo plazo”, alerta.
Tratamiento
En las formas leves de colitis ulcerosa el tratamiento se hace con comprimidos de fármacos aminosalicilatos. Para las formas moderadas o graves de enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa se utilizan fármacos inmunosupresores y biológicos con el fin de controlar la inflamación.
Respecto a los fármacos biológicos, comenzaron a usarse en 1998. En vez de estar hechos con productos químicos, proceden de organismos vivos, como células, fluidos o tejidos. “Posteriormente, han aparecido muchos más fármacos de este tipo y de otras familias de medicamentos, que han revolucionado el control de la enfermedad, con tasas importantes de cicatrización del intestino y control de los síntomas, con una mejor calidad de vida para los pacientes”, detalla.
En resumen, como subraya la doctora, “la enfermedad inflamatoria intestinal es una enfermedad que afecta mucho la calidad de vida de los pacientes, que suelen ser jóvenes, afectando aspectos laborales, sociales y educacionales. No es tan conocida a nivel de la población general, a pesar de no ser una enfermedad rara, porque en parte los pacientes la ocultan por las características de los síntomas. Pero es muy importante que la sociedad se conciencie, para que haya un diagnóstico más precoz y que los pacientes consulten cuando los síntomas citados persistan. Y los pacientes con estos síntomas deben derivarse pronto al especialista desde los diferentes niveles de atención sanitaria: un rápido diagnóstico, con el tratamiento adecuado, permite un mejor control de la enfermedad”.
Por Javier Granda Revilla
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