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Aunque ni siquiera hayas oído hablar de ella, esta sustancia puede estar presente en tu cocina. Se trata de la acrilamida, un compuesto químico que se forma naturalmente en algunos alimentos cuando los cocinamos, especialmente al freírlos.  Aquí te damos algunas sugerencias proporcionadas por la FDA para reducir su presencia en tus comidas ya que resulta perjudicial para la figura y para la salud.

¿Sabes qué es la acrilamida? Es una sustancia que se forma en ciertos alimentos al cocinarlos a altas temperaturas, y que ha sido vinculada a la obesidad y ahora además, al desarrollo del cáncer en animales, lo que hace sospechar que lo mismo puede suceder en los humanos. Así es que si quieres mantenerte en forma y saludable, vale la pena disminuir la cantidad de acrilamida en tus comidas.

¿Cómo puedes hacerlo? La acrilamida es un compuesto químico que se forma en los alimentos con un alto contenido en azúcares e hidratos de carbono (carbohidratos) y bajo contenido en proteínas, así como en la mayoría de los que contienen almidón, cuando se cocinan a temperaturas elevadas por mucho tiempo (más de 100 grados centígrados o 212 Farenheit).

Particularmente, se forma a través de ciertos vegetales cuando los freímos, los horneamos o los tostamos por mucho tiempo, como las papas fritas (ya sea compradas o hechas en casa), los cereales, el café, las galletas, el pan e incluso algunas frutas y vegetales. De hecho, la Asociación de Productores de Alimentos estima que la acrilamida se encuentra en el 40 por ciento de las calorías que se consumen en la dieta norteamericana típica.

Lo mismo ocurre cuando volvemos a calentar los alimentos, lo que aumenta la concentración en estos químicos. Por ejemplo, al recalentar en el microondas alguna fritura intensa aumenta los niveles de acrilamida.

Antes no se sabía de ella, pero desde que fue descubierta en el año 2002 por un grupo de investigadores suecos, los científicos de todo el mundo no han dejado de estudiar los efectos que pueden provocarle al cuerpo y cómo se puede evitar.

Y si bien la Administración de Alimentos y Medicamentos de Los Estados Unidos (FDA), la Organización Mundial de la Salud y muchas otras agencias reguladoras no han podido determinar si la presencia de acrilamida en los alimentos constituye un riesgo para la salud de los seres humanos, el tema sigue en estudio y de manera preventiva se han determinado algunos cuidados para disminuirla en los alimentos.

Para las industrias, a partir del año 2010 se ha establecido un control sobre los niveles de acrilamida en los alimentos que procesan y les exigen que trabajen para mejorar sus tecnologías.

Para el hogar y los restaurantes o todos aquellos que cocinen, la FDA ha difundido una lista de cuidados para disminuir la presencia de acrilamida en la preparación de los alimentos. Presta atención para que tus comidas se vuelvan más saludables:

  1. Reduce al máximo los tiempos de cocción.
  2. Dora los alimentos sin dejar que se tuesten demasiado.
  3. Cuando debas asar o freír alimentos, trata de hacerlo en trozos grandes y gruesos, pues contienen menos acrilamida. Asimismo, no dejes que se tuesten demasiado.
  4. Si preparas galletas o pastas, barnízalas con huevo o yema de huevo, que evita en cierta medida la formación de acrilamida.
  5. Si vas a hacer papas (patatas) fritas en el horno, repártelas en el molde de hornear de manera homogénea y sin apilar y hornea en tandas de por lo menos medio kilo por cada molde, para que no se sequen las papas.
  6. Elige tomar café natural en vez de café tostado.
  7. Cada vez que puedas, elige hervir los alimentos.
  8. Evita recalentar en el microondas alimentos fritos previamente.
  9. Si usas un sartén, evita que se caliente demasiado. Si es eléctrico, controlar la temperatura de su termostato, evitando las más altas.
  10. Si vas a tostar pan, hazlo de manera que adquieran un color amarronado pero no marrón (café) oscuro y evita comer zonas muy quemadas.

Estos sencillos cuidados al preparar tus comidas no harán que la acrilamida desaparezca por completo, pues eso por el momento es imposible, pero sí te ayudarán a disminuir su presencia en tus platos. Y si a eso se sumas otros buenos hábitos en la cocina y la dieta, estarás cuidado tu salud y la de tu familia y mejorando la calidad de vida.

Imagen © iStockphoto.com / logoff

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