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¿Al fin te has decidido a empezar un programa de ejercicios? ¡Felicidades! Para que le saques el mayor partido posible, sigue estas recomendaciones, te ayudarán mucho a lograr tus objetivos.

Ya sea que vayas a un gimnasio o que hagas ejercicios en casa por tu cuenta, la actividad física es uno de los requisitos para mantener una buena salud física y mental. Así que si no has empezado un programa de ejercicios todavía, es hora de que lo inicies. Estos consejos te pueden ayudar a que tus ejercicios sean más efectivos.

 1. Visita a tu  médico. El primer paso, que debes considerar al iniciar un programa de ejercicios, es evaluar tu condición física. Esto siempre es importante, pero especialmente si tienes más de 45 años o si padeces de algún problema de salud. Tu médico puede decirte qué ejercicios puedes hacer, cuáles debes evitar y cuáles son más convenientes para tu edad y tu condición física.

2. Escoge algo que te guste y te convenga. Una actividad que disfrutas (ya sea nadar, levantar pesas o practicar ciclismo o movimientos aeróbicos), será en una motivación más, y de esta manera hacer ejercicios no se convertirá en una tarea pesada. Otra cosa: dentro de tus posibilidades, selecciona una actividad que te resulte conveniente. Si, por ejemplo, te encanta escalar rocas pero vives en medio de una gran ciudad, difícilmente tendrás ocasión de hacerlo con la regularidad necesaria.

3. Fíjate metas realistas.  No te fijes metas demasiado altas, que te resulten casi imposibles de cumplir. Decide primero lo que quieres lograr con el ejercicio, y establece metas tanto a corto como a largo plazo, que además sean realistas, claras y precisas. Por ejemplo: Si no puedes trotar por media hora, trata por el momento de caminar al menos 15 minutos al día, y ve aumentando lentamente el tiempo y la intensidad de la caminata.

4. Empieza poco a poco. Uno de los errores más frecuentes es empezar los ejercicios con demasiada intensidad, pensando que se consiguen resultados instantáneos. No es así. Si tu cuerpo no está acostumbrado al ejercicio intenso, probablemente lo que consigas sea agotarte antes de tiempo o lastimar tus músculos. Como consecuencia, es probable que te desanimes y abandones el programa. Lo que debes hacer es: empezar lentamente. La idea es aumentar poco a poco la intensidad y convertir los ejercicios en un hábito de por vida.

5. Sé constante. Uno de los secretos para que los ejercicios funcionen es la constancia. De nada te vale sudar un día en la estera o trotar otro día casi hasta el agotamiento si lo haces sólo de vez en cuando. Fíjate un programa regular de acuerdo con tus necesidades y síguelo.

6. Ten en cuenta tu reloj biológico. Para lograr el mejor resultado, trata de practicar tu rutina en las horas en que tu cuerpo tiene más energía. Por ejemplo, si eres una persona diurna, procura hacer tus ejercicios por la mañana temprano; si eres una persona nocturna, y tu energía crece a medida que transcurre el día, planea tus actividades físicas para la tarde o la noche.

7. Adapta el plan de ejercicios a tu vida. Es importante que tu programa de ejercicios no interfiera con las actividades habituales de tu vida diaria. Si no lo haces así, lo más probable es que no lo cumplas con regularidad, o que termines abandonándolo.

8. Haz ejercicios en compañía. ¿Te aburren los ejercicios y buscas inconscientemente un pretexto para no hacerlos? Piensa en un familiar o un amigo que tenga metas similares, e invítalo a que te acompañe. De ese modo se animan uno al otro, y los ejercicios resultan más divertidos.

Una advertencia: aunque sigas fielmente tu programa de ejercicios, es posible que tengas altas y bajas, fracasos y victorias. A todo el mundo le ocurre. Lo importante es que no te descorazones y, sobre todo, que no abandones los ejercicios. Si tienes paciencia y continúas con el programa, al final lograrás los resultados que deseas.

 
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Imagen: ©Shutterstock / Jacob Lund

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