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Si las personas comieran menos carnes procesadas, el número de muertes prematuras en general disminuiría en casi un tres por ciento. Es lo que ha encontrado un nuevo estudio desarrollado por unos investigadores suizos. Descubre más detalles sobre este hallazgo y mejora tu dieta para que sea más saludable.

Las carnes son una excelente fuente de proteínas y hierro, dos nutrientes esenciales para que nuestros músculos y órganos se mantengan fuertes y sanos. Sin embargo, no todas las carnes son iguales y algunas pueden ser perjudiciales para la salud.

Un estudio reciente ha relacionado el consumo de las carnes procesadas o embutidos con un aumento en las posibilidades de morir prematuramente. Esto no ocurrió con el consumo moderado de las carnes rojas que, cuando se incluyen como parte de una dieta equilibrada, ofrecen una buena nutrición sin aumentar el riesgo de mortalidad.

En detalle, unos investigadores del Instituto de Medicina Social y Preventiva de la Universidad de Zúrich, en Suiza, encontraron que las personas que consumían una mayor cantidad de carnes procesadas (al menos 160 gramos de carne procesada al día) tenían un 44 por ciento más posibilidades de morir prematuramente, en comparación con las que comían poca cantidad de estos productos (de 10 a 20 gramos al día).

Además, detectaron que el consumo de carne procesada en exceso, solía estar acompañado de otros hábitos poco saludables. Por ejemplo, los que comían la mayor cantidad de carne procesada eran los que menos frutas y verduras comían y los más propensos a fumar. Los hombres que comían mucha carne, además, tendían a beber mucho alcohol.

Para llegar a estos resultados, que fueron publicados en línea en la revista BMC Medicine, los científicos hicieron un seguimiento de los datos sobre la dieta, el ejercicio y el peso de casi 450 mil personas que tenían entre 35 y 69 años de edad, entre los años 1992 y 2000. Al inicio del estudio, ninguno de los participantes había tenido cáncer ni había sufrido ningún ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, pero a mediados de 2009, más de 26 mil participantes habían fallecido.

Los especialistas consideran que esta asociación puede estar vinculada a tres factores:

  • La carne es rica en colesterol y grasa saturada, lo que aumenta las posibilidades de desarrollar enfermedades del corazón.
  • Para mejorar su durabilidad, color y sabor, la carne procesada suele ser tratada con nitrato, una sustancia que ha sido relacionada con un mayor riesgo de desarrollar cáncer del colon y cáncer del estómago.
  • Consumir mucho hierro a proveniente de la carne también puede llevar a un mayor riesgo de desarrollar cáncer.

Si bien estos resultados no demuestran una relación de causa/efecto, sí se suman a otros que vinculaban a las carnes procesadas con posibles riesgos para la salud, como por ejemplo un aumento en el riesgo de sufrir problemas del corazón, diabetes tipo 2 y de los síntomas del EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica).

¿Significa esto que debes evitar por completo el consumo de las carnes? No necesariamente. Como mencionamos anteriormente, auqneu no es indispensable, la carne es una de las fuentes principales de proteína y hierro. Además, también aporta vitaminas y minerales. Pero todos los extremos son malos y esta no es la excepción. Por eso, lo ideal es que, si te agrada la carne y quieres consumirla, elije las carnes no procesadas y los cortes magros, es decir los que tengan menos grasas. También puedes reemplazar a las carnes rojas por pescado o pollo. Y por supuesto no olvides acompañar a tus platillos con vegetales y a tu dieta con ejercicios.

 

Imagen © iStockphoto.com / masaltof

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