Un estudio internacional presentado en el Congreso de la European Respiratory Society (ERS) en Ámsterdam revela un hallazgo que dará que hablar: los bebés que crecen con perros tienen menos riesgo de asma infantil. Concretamente, la exposición a alérgenos de perro en el hogar durante los primeros meses de vida se asoció con un 48% menos de probabilidades de desarrollar asma a los cinco años.
En cambio, no se observó un efecto protector en los bebés expuestos a gatos, lo que sugiere que la interacción entre alérgenos y sistema inmune infantil es más compleja de lo que se pensaba.
Convivir con perros protege contra el asma infantil
El estudio, liderado por el Hospital for Sick Children (SickKids) en Toronto, analizó a 1.050 niños de la cohorte canadiense CHILD. Se estudiaron muestras de polvo de sus hogares cuando tenían entre tres y cuatro meses, midiendo tres alérgenos: Can f1 (perros), Fel d1 (gatos) y endotoxinas bacterianas.
El Dr. Jacob McCoy, que presentó el estudio, explicó: “Descubrimos que, aunque los alérgenos de gato no mostraron ninguna asociación, la exposición a alérgenos de perro se vinculó con una mejor función pulmonar y un menor riesgo de asma. No sabemos por qué ocurre esto; sin embargo, sí sabemos que, una vez que una persona se sensibiliza a los alérgenos de perro, estos pueden empeorar los síntomas del asma.”
Los resultados fueron claros: los bebés que crecen con perros tienen menos riesgo de asma infantil y mejor función pulmonar, incluso en aquellos con predisposición genética desfavorable.
¿Por qué los perros protegen y los gatos no?
Los investigadores no encontraron ningún beneficio en la exposición a alérgenos de gatos. Según el Dr. McCoy: “Descubrimos que, aunque los alérgenos de gato no mostraron ninguna asociación, la exposición a alérgenos de perro se relacionó con una mejor función pulmonar y un menor riesgo de asma. No sabemos por qué ocurre esto; sin embargo, sí sabemos que, una vez que una persona se sensibiliza a los alérgenos de perro, estos pueden empeorar los síntomas del asma.”
Una de las hipótesis es que la exposición temprana a alérgenos de perro podría prevenir la sensibilización al modificar el microbioma nasal o modular la respuesta inmunitaria.
Expertos independientes respaldan la importancia del hallazgo
El Dr. Erol Gaillard, experto en asma pediátrico y profesor en la University of Leicester (Reino Unido), comentó: “El asma es la enfermedad crónica más común entre niños y jóvenes y también una de las principales causas de ingreso hospitalario para recibir tratamiento de urgencia. Este estudio sugiere que los bebés que crecen rodeados de perros pueden tener un menor riesgo de desarrollar asma.”
Este tipo de investigaciones refuerzan la necesidad de entender mejor cómo los factores ambientales —incluyendo las mascotas— influyen en la salud respiratoria.
Más allá de la investigación: qué pueden hacer las familias
Aunque los hallazgos son prometedores, los expertos subrayan que convivir con perros protege contra el asma infantil solo bajo ciertas condiciones. No significa que todas las familias deban tener un perro, sino que la exposición temprana puede ser beneficiosa en entornos adecuados.
Preguntas y respuestas
¿Qué descubrió este estudio?
Que los bebés que crecen con perros tienen menos riesgo de asma infantil gracias a la exposición a alérgenos de perro.
¿Los gatos tienen el mismo efecto?
No. La exposición a gatos no mostró protección frente al asma infantil.
¿Debo adoptar un perro para prevenir el asma en mis hijos?
No necesariamente. El estudio sugiere un beneficio, pero aún se requieren más investigaciones antes de dar recomendaciones generalizadas.
¿Qué otras medidas ayudan a prevenir el asma en niños?
Evitar el humo del tabaco, reducir contaminantes en casa y seguir las indicaciones médicas.
Por Karla Islas Pieck
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