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Algunos tratamientos para el cáncer pueden causar un dolor intenso en las articulaciones o coyunturas – una condición conocida médicamente como artralgia. Muchas veces es tan dolorosa que disminuye la calidad de vida y el funcionamiento diario del paciente, al punto de que algunos eligen suspender el tratamiento.

Como parte de su terapia después de una cirugía de cáncer del seno, Amelia necesita tomar un medicamento del tipo inhibidor de la aromatasa que le provoca fuertes dolores en las articulaciones. Pero a pesar de los malestares, ella sigue fielmente su tratamiento, manejando y sobrellevando los síntomas. La función de los inhibidores de la aromatasa es tratar el cáncer del seno o evitar que regrese después de una cirugía, ya que evitan que una enzima (la aromatasa), convierta a otras hormonas en estrógeno, dejando a los tumores con receptores de estrógeno positivo sin el combustible que necesitan para crecer.

Estos medicamentos solamente se emplean en los casos de las mujeres que han pasado la menopausia, cuando ya los ovarios no producen estrógeno. A corto plazo, pueden producir sofocos o calores repentinos y resequedad vaginal, pero su efecto más inmediato es el dolor severo de las articulaciones, que se conoce como artralgia.  Este tipo de dolor en las articulaciones no debe confundirse con la artritis, que causa inflamación, ya que la artralgia solamente produce dolor.

Se calcula que la mitad de las mujeres que toman los inhibidores de la aromatasa experimentan algún tipo de artralgia, ya sea leve o muy severa.  Si estás recibiendo exemestano (Aromasin®), letrozol (Femara®) o anastrozol (Arimidex®), existe la posibilidad de que te duelan con frecuencia las articulaciones.  El dolor suele aparecer alrededor de los dos meses después de comenzar el tratamiento, pero puede comenzar hasta dos años más tarde. Los síntomas pueden desaparecer en unos pocos meses o persistir mientras dure la terapia con los inhibidores de la aromatasa. El malestar y el dolor producido por estos medicamentos es la causa principal por la que muchas mujeres abandonan el tratamiento, ya que interfieren con el sueño y con las actividades de la vida normal.

Hay otros medicamentos que se utilizan en la quimioterapia, como el placitaxel y el docetaxel que también producen artralgia. El dolor articular en este caso aparece entre las 24 y las 48 horas después de la infusión y puede prolongarse de tres a cinco días, como promedio (en ocasiones, se puede prolongar una semana o un poco más).

También podrías experimentar dolor en los huesos, las articulaciones y los músculos si necesitas recibir medicamentos para estimular la producción de los glóbulos blancos, como el pegfilgrastim (Neulasta).

Además del dolor, podrías experimentar rigidez en la articulación, sensibilidad extrema al tocar el área y enrojecimiento. El dolor, por otro lado, puede extenderse también a los músculos, dificultando las actividades diarias y el movimiento normal.  Podría ser constante o intermitente, y por lo regular empeora después de caminar o después de haber permanecido sentado(a) o acostado(a) por mucho tiempo.

Las áreas del cuerpo que te podrían doler con más frecuencia son: las manos (los dedos y las muñecas), los brazos, las rodillas, los pies, las caderas, los hombros y la espalda.

Cómo se trata el dolor en las articulaciones

Si el dolor articular o muscular es moderado, se puede aliviar total o parcialmente tomando analgésicos como acetaminofén o ibuprofeno. En casos más severos, es necesario el uso de analgésicos más fuertes, o medicamentos corticosteroides como la prednisona.

En cualquier caso, hay que consultar con el oncólogo en relación a cuáles medicamentos se pueden tomar y en qué dosis para reducir las molestias sin interferir con la quimioterapia u otro tratamiento.

Otros pasos a seguir para aliviar el dolor incluyen:

  • Además de los analgésicos de venta libre, se podrían probar medicamentos como el pregabalin (Lyrica), indicado para los casos de fibromialgia, o antidepresivos como el duloxetine (Cymbalta)
  • Tomar suplementos de calcio y vitamina D para mantener los huesos fuertes
  • Tomar suplementos de omega 3 y de glucosamina
  • Cambiar el medicamento bloqueador de las hormonas. Alrededor de un 50 por ciento de los pacientes con dolor articular experimenta una gran mejoría al cambiar de medicamento inhibidor de la aromatasa
  • Mantener un peso sano para reducir el estrés sobre las articulaciones
  • Hacer ejercicios con regularidad para mantener las articulaciones lubricadas y flexibles
  • El yoga, la relajación, la acupuntura o los masajes también podrían contribuir a aliviar el dolor

A pesar de las molestias, ten paciencia.  Los estudios clínicos han demostrado que por lo menos un 50 por ciento de los pacientes experimenta una mejoría de los síntomas a los seis meses de comenzar el tratamiento.  La mejoría es todavía más significativa a los 18 meses en un 75 por ciento de los casos. Sin embargo, si los síntomas empeoran en lugar de mejorar, no demores y consulta con tu oncólogo.

Imagen © Thinkstock / stockdevil

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