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El poder de la mente para sanar

Los científicos se esfuerzan por entender mejor el efecto placebo, cómo funciona y cómo se lo puede emplear para mejorar la terapia. Te contamos lo que la Mayo Clinic sabe sobre este fenómeno y cómo podría servir para mejorar la salud.

El efecto placebo es más evidente en la investigación médica, y consiste en la creencia de una persona de que un tratamiento inactivo funciona igual de bien que la terapia supuestamente activa que se encuentra en estudio. Los avances médicos bien intencionados, comparados con el tratamiento con placebo, a veces obtienen la mayor parte de su beneficio de las expectativas positivas más que de la terapia misma.

El efecto placebo no se limita a la investigación ni necesariamente implica terapias falsas, sino que puede ocurrir hasta cierto grado en cualquier momento en que el paciente busca curación dentro de un entorno que crea la expectativa de mejorar. Además, el efecto placebo no es independiente ni se contrapone a las terapias verdaderamente activas de eficacia comprobada. En muchos casos, los fármacos, inyecciones y cirugías eficaces pueden atribuir gran parte de su eficacia a la recuperación que se produce con el transcurso del tiempo, igual que el efecto placebo.

La efectividad del efecto placebo puede variar de cero a 100 por ciento, incluso dentro de la misma afección. La variación puede obedecer a creencias o expectativas preestablecidas, a las palabras o tono empleado por el médico y a los mecanismos biológicos del cuerpo, tales como aquellos que inciden sobre el dolor, el sistema inmune y las sustancias químicas producidas por el cuerpo ante el estrés.

La terapia óptima no es evitar el efecto placebo, sino más bien añadirlo a la recuperación. Los científicos todavía no entienden completamente cómo se puede emplear el efecto placebo para ayudar a las personas que necesitan curarse, aunque al parecer existen varios factores importantes, entre ellos:

Creer que mejorará la salud: los pacientes que se mantienen optimistas mejoran su situación porque cotejan sus creencias con sus acciones. Esos pacientes siguen las recomendaciones de la terapia, se concentran en una alimentación sana, permanecen físicamente activos, mantienen la conexión social e invierten tiempo en relajarse y reducir el estrés.

Relación sana con los demás: confiar y fiarse en el médico sustenta la recuperación, igual que mantener una relación sana con familiares y amigos.

Terapias alternativas: añadir terapias alternativas, como acupuntura, masaje, manipulación de la columna, meditación o hipnosis, posiblemente desempeña una función en el efecto placebo.

A medida que los médicos sepan más sobre el efecto placebo, se anticipan que surjan más intentos deliberados por emplear abiertamente su poder.

 

 

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Imagen © Thinkstock / Baluchis

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