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Luego de un desastre natural, no sólo se presentan daños físicos. Los daños emocionales pueden ser graves y es importante que pongas de tu parte para superar este evento. Aquí te damos algunos consejos sobre qué puedes hacer para superar el impacto emocional de un desastre natural.

Terremotos, tsunamis, huracanes, inundaciones, tornados, incendios. Los desastres naturales son una realidad de la que no podemos escapar, pues muchas veces son impredecibles. Este año, dos desastres nos han estremecido a todos: primero, el terremoto en Haití y luego, el terremoto en Chile. Por razones obvias, una tragedia de este tipo causa un impacto muy severo en el lugar en donde sucede: muertes, destrucción, incertidumbre, escasez y miedo.

Más allá de los traumas físicos y de las enfermedades que se pueden presentar a causa de un desastre natural, existen también consecuencias para la salud mental que no se pueden ignorar. Recientemente un paciente chileno me contaba que tenía muchos problemas para dormir por el miedo de que sucediera una réplica del terremoto. Esto es algo normal luego de haber pasado por un impacto tan fuerte. Luego de sobrevivir a un desastre natural, las personas pueden sentirse tristes, ansiosas e indefensas.

Por eso, es común tener problemas para conciliar el sueño y las pesadillas pueden ser recurrentes. También podrías tener problemas para comer o concentrarte en algo que hacías rutinariamente. Tu estado de ánimo podría estar fluctuando y la sensibilidad y la irritabilidad afloran fácilmente. Todas estas reacciones son la respuesta al estrés emocional que causan los desastres naturales y que se conoce como Síndrome de Estrés Postraumático. No es fácil afrontar y entender que en unos pocos minutos, el mundo que conocías, dejó de existir. Literalmente, todo se pone patas arriba y tienes que lidiar con muchas cosas: desde la muerte de tus seres queridos, hasta la recuperación económica.

¿Qué puedes hacer para sentirte mejor luego de un desatre natural?

Muchas personas se sienten tristes, pero al tiempo agradecidas de estar vivas. Por eso debes ser paciente y darte tiempo, la recuperación no va a ser de la noche a la mañana. Lo que sucedió no se puede minimizar ni hacer a un lado. Sólo el paso de los días hará que empieces a sanar poco a poco tus heridas emocionales.

Sigue estos consejos que pueden ayudarte, ayudar a tu familia y también, a tu comunidad:

  • Trata, dentro de lo posible, de seguir con tus rutinas.
  • Vigila lo que comes: si es posible come sanamente y no te saltes comidas ni comas demasiado.
  • Mantente activo(a).
  • Ocupa tu tiempo ayudando a las personas en tu comunidad.
  • Acepta la ayuda de los demás y habla de tus sentimientos.
  • Evita, en lo posible, pasar mucho tiempo en el lugar del desastre o viendo reportajes sobre la tragedia en la televisión. Esto sólo revive los recuerdos del episodio y puede causarte ansiedad y miedo.
  • Busca ayuda inmediata si sientes que no eres capaz de cuidarte o de cuidar a tus seres queridos, si eres incapaz de continuar con tu trabajo, si te sientes deprimido(a) o triste por más de dos semanas y si para “aliviar” esto empiezas a recurrir al alcohol o a las drogas. Si tienes pensamientos suicidas, es necesario que busques ayuda urgentemente.

Un desastre natural causa tal impacto, que podrías tardar mucho tiempo en volver a sentirte tranquilo(a). Pero recuerda que debes poner de tu parte y seguir adelante. Busca centros de ayuda psicológica en tu comunidad si la necesitas.

Aunque quizá no lo veas así en este momento, el estar vivo(a) para contar la historia de lo que sucedió, te hace un ser afortunado.  Pon de tu parte y ¡sigue adelante!

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