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Las vitaminas son compuestos orgánicos o nutrientes que necesitamos para vivir. Están presentes en los alimentos que consumimos a diario y en pastillas o suplementos de venta libre. En el caso de los niños, las vitaminas son un asunto muy importante. Es en esta etapa de la vida donde nos desarrollamos y crecemos rápidamente. Para que los niños lleven una dieta rica en vitaminas, es necesario incorporar en su dieta una variedad de alimentos para que ninguna de las vitaminas se quede fuera del plato.

Seguramente recuerdas que cuando eras niño(a), tus padres te insistían en que comieras tu ensalada y no te olvidaras de las frutas. También es probable que te hayan repetido mil veces en tu vida que necesitas vitaminas, pero quizá no sepas bien de qué se tratan y qué función cumplen en el cuerpo.

Durante la niñez, necesitamos a las vitaminas para crecer y desarrollarnos, así que resulta indispensable incorporar los alimentos que las contienen para no enfermarnos.

La mayoría de las vitaminas se encuentran en los alimentos, así que basta llevar una dieta sana y balanceada para obtener la dosis diaria que se necesita. En algunos casos, el pediatra podría recomendar algún suplemento vitamínico para ciertos niños por circunstancias especiales.

Aquí te cuento cuáles son las vitaminas esenciales y qué funciones cumplen en nuestro cuerpo para mantenerlo sano y fuerte. ¡Toma nota!

Vitamina A: es necesaria para tener una buena visión, dientes sanos, mucosas, tejidos blandos y membranas de la piel sanos. De hecho, la vitamina ha se necesita para que funcionen correctamente el corazón, los pulmones y los riñones, entre otros órganos. También se conoce como retinol porque produce los pigmentos en la retina del ojo. Y se necesita para tener un sistema inmunológico (de defensa) fuerte. Se encuentra en la leche fortificada, el hígado, los vegetales y frutas color naranja (melón, zanahoria) y los vegetales de hoja verde oscura (espinaca)

• Vitaminas del grupo B: incluyen la vitamina B1, B2, B6, B12, niacina, ácido fólico, biotina, ácido pantoténico. Son esenciales para el metabolismo, o en otras palabras, para ayudar a tu cuerpo a tener energía y liberarla cuando es necesario. También ayudan a la creación de los glóbulos rojos, los cuales llevan oxígeno a todo el cuerpo. Se encuentran en los granos enteros, el pescado y los mariscos; los huevos; el pollo y la carne; la leche y sus derivados; frijoles (porotos, habas) y chícharos y vegetales de hoja verde.

Vitamina C: es indispensable para los tejidos del cuerpo como las encías y para mantener los músculos en buenas condiciones, de acuerdo al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), ayuda a formar músculo sintetizando colágeno. Además, ayuda a sanar heridas y a combatir infecciones. La encuentras en las frutas cítricas (naranja, mandarina), las fresas (frutillas), el brócoli, los tomates, el kiwi y los pimientos (ajíes) rojos.

Vitamina D: Es indispensable para tener los huesos y los dientes fuertes. Además, ayuda a que tu cuerpo absorba el calcio. El cuerpo la puede crear cuando nos exponemos al sol, o también la puedes obtener de: pescado, leche fortificada, yemas de huevos, hígado, cereal fortificado.

Vitamina E: Esta vitamina protege a tus células y a tus tejidos de los daños causados por los radicales libres. Los radicales libres son compuestos que se forman cuando nuestro cuerpo transforma la comida que comemos en energía. También estamos expuestos a radicales libres en el ambiente (la contaminación, el humo del cigarrillo, los rayos ultravioleta del sol, etc.).   La vitamina E es antioxidante. También es importante para la salud de los glóbulos rojos. La puedes encontrar en los granos enteros, el germen de trigo, los vegetales de hoja verde, los aceites vegetales como de girasol, canola y oliva, las nueces y semillas así como las yemas de los huevos.

• Vitamina K: Es  la encargada de coagular la sangre, para que no haya hemorragias. La puedes encontrar en los vegetales de hoja verde, los productos lácteos, el brócoli y el aceite de soya. Es raro que haya deficiencia de vitamina K porque además de encontrarla en los alimentos mencionados, el cuerpo la produce en el intestino.

¿Cómo puedes saber si tus niños están consumiendo todas las vitaminas que acabo de mencionar? Sencillamente, asegúrate de que su plato sea variado. Si se ve como un arco iris ¡vas por buen camino! La variedad de frutas, verduras, proteínas, granos integrales y lácteos es indispensable para que reciban la dosis diaria de vitaminas.

En ocasiones, los niños pueden volverse complicados para comer ciertos alimentos. Puede suceder que de un día para otro les deje de gustar algo que antes adoraban. Pero antes de preocuparte, es importante que sepas que el hecho de que los niños no coman de todo, no significa necesariamente que tengan deficiencias vitamínicas o que estén mal nutridos. Muchos alimentos como el cereal, el jugo de naranja y la leche actualmente vienen fortificados con vitaminas como la D y otros nutrientes como el calcio.

Sin embargo, es una buena idea que consultes con el pediatra en caso de que el niño o la niña:

  • coma muy irregularmente
  • tenga algún problema de crecimiento o de desarrollo
  • sea alérgico(a) a algún alimento
  • si te preocupa que permanece demasiado tiempo en interiores y quizá no recibe suficiente exposición al sol para fabricar la vitamina D que necesite
  • si es vegetariano y/o
  • si tiene algún trastorno alimenticio.

En esos casos, es muy probable que sea necesario recetarle un suplemento vitamínico. Consulta con tu pediatra para que te indique cuál debes darle, en qué dosis y por cuánto tiempo.  Y desde luego, consulta con el pediatra y/o con un dietista registrado o un nutricionista calificado si tienes cualquier duda acerca de la alimentación de tu hijo.

 

Imagen © iStock / ozgurdonmaz

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