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Si tienes un bebé de menos de seis meses, sé precavido a la hora de darle antibióticos. Según un estudio, es posible que haya una relación entre el consumo de antibióticos en los bebés y el desarrollo de la obesidad en el futuro. ¡Infórmate! 

Cada día existe más información para los papás, alertándolos acerca de los peligros potenciales relacionados con algunas de las medicinas que podrían necesitar los pequeños bajo su cuidado.  Un estudio reciente alerta sobre algunas de las posibles consecuencias negativas de los antibióticos. Aunque se realizó en laboratorios utilizando ratones, sus resultados se añaden a unas investigaciones previas que han determinado que los bebés que reciben antibióticos antes de los seis meses de edad tienen más probabilidades de volverse obesos a los siete años, como ya te habíamos informado previamente en Vida y Salud.

Este estudio, realizado por el microbiólogo Martin Blaser en la Universidad de Nueva York, se concentró principalmente en los efectos de la penicilina. Pero fíjate que, curiosamente, los verdaderos culpables del aumento de peso no son directamente ni la penicilina ni los antibióticos.

El problema surge cuando los antibióticos eliminan algunos tipos de las bacterias “buenas”, que se encuentran en el tracto digestivo, lo que permite que prosperen otras más resistentes.

Miles de millones de bacterias viven en la piel y en el cuerpo de los seres humanos. Pero no todas son dañinas, los estudios demuestran que los microbios “buenos” son esenciales para el bienestar físico.

El estudio encontró que alterar la composición bacteriana en los ratones durante una “ventana” de tiempo que comprende su primer mes de vida tenía como resultado un aumento de peso en un futuro. También parecía agravar los efectos de una dieta alta en grasa, más en los ratones machos que en las hembras.

Según Blaser, aunque el estudio se realizó en los ratones, las conclusiones señalan a que también hay una “ventana” de tiempo en la primera infancia de los niños, durante la cual los cambios en el microbioma (que son los microbios bacterianos que viven en el cuerpo todo el tiempo) pueden influir en el metabolismo, haciéndolo más lento, y en el aumento de peso posterior.

Si en los ratones, esta “ventana” de tiempo comprende el primer mes de vida, Blaser piensa que si un período similar de vulnerabilidad ocurre en los seres humanos, éste podría abarcar los primeros seis meses, el primer año o hasta los tres años.

En todo caso, lo más importante para los padres es saber si se le deben suprimir los antibióticos al bebé o no cuando se enferma. Sobre esto hay diferencias de opinión.

Algunos especialistas opinan que aunque los resultados del estudio son interesantes, hay que darles antibióticos a los recién nacidos y a los niños pequeños según sus necesidades clínicas. En cuanto a la obesidad, el punto más importante para combatirla sigue siendo el consejo habitual sobre el estilo de vida, es decir, una dieta sana que controle el exceso de calorías.

El doctor Blaser acepta esta crítica pero sólo hasta cierto punto. Según él, si un niño está muy enfermo, no hay duda de que debe recibir antibióticos, pero si lo que tiene es algo leve, tal vez el médico debería esperar un día o dos, examinarlo de nuevo y decidir. Muchos médicos recetan antibióticos pensando que no hacen daño, pero el estudio proporciona evidencia de que sí podrían ser dañinos a largo plazo.

¿Qué debes hacer si tu bebé se enferma? Nunca, por ningún motivo, le des un antibiótico por tu cuenta, sobre todo si tiene menos de seis meses. Si el pediatra le receta un antibiótico, pregúntale si es el único tratamiento disponible, pero finalmente es mejor seguir sus indicaciones, ya que en algunos casos, el antibiótico es el único medio efectivo de combatir ciertas condiciones. Y, si tienes dudas, pide una segunda opinión de otro médico.

Imagen © Thinkstock / Vladislav Gavrilov

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