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Has intentado bajar de peso una y otra vez, pero no tienes éxito y no sabes qué es lo que puede estar haciendo fracasar tu dieta. ¿Has pensado en el pan y otros productos elaborados con harinas refinadas? Pues esa podría ser la clave. Sigue leyendo y descubre cómo evitar que el pan se convierta en el destructor de tu intento por perder esos kilos o esas libras de más.

El pan es uno de los integrantes que generalmente no falta en la mesa familiar, tanto que tradicionalmente hasta ha simbolizado no sólo a la comida misma, sino también al trabajo. “Salió a conseguir el pan, “Que no le falte el pan”, “Estar a pan y agua” y “El pan nuestro de cada día” son algunas de las frases que dan prueba de ello.

Sin embargo, con el correr del tiempo y el cambio de las sociedades, el pan está dejando ese lugar privilegiado para convertirse en una tentación casi ingobernable, que puede hacer fracasar cualquier intento de mantener una dieta saludable.

Entre las principales preocupaciones actuales en temas de salud se encuentran la obesidad y la diabetes, provocadas por el sedentarismo y una alimentación a base de grasas, azúcares e hidratos de carbono (o carbohidratos). Es aquí donde el pan comienza a alejarse de la mesa saludable. ¿Por qué? Pues porque el pan es una de las principales fuentes de carbohidratos.

Los hidratos de carbono o carbohidratos son uno de los nutrientes más importantes que necesita el cuerpo, ya que se transforman en energía para que los órganos puedan cumplir sus funciones correctamente, especialmente el cerebro y el sistema nervioso. Se clasifican en simples o complejos, según la estructura química del alimento y de la rapidez con la cual se digiere y se absorbe el azúcar.

Los carbohidratos simples tienen uno o dos azúcares. Por ejemplo, la fructosa que se encuentra en las frutas, la lactosa y la galactosa que se encuentran en los lácteos (la leche y sus derivados), y la maltosa que contienen ciertas verduras y la cerveza.

Los carbohidratos complejos, en cambio, tienen tres o más azúcares y a menudo se los llama alimentos “ricos en almidón”. Aquí es donde entra nuestro amigo el pan y los cereales, así como también las legumbres y las verduras ricas en almidón, entre otros alimentos.

El problema con los carbohidratos, es que si los consumes en exceso pueden causar sobrepeso u obesidad y a la larga también pueden contribuir al desarrollo de la diabetes, aunque no todos son iguales o dañinos. Al elegir, selecciona siempre los productos elaborados a base de cereales integrales ya que los alimentos refinados, como la harina blanca (con la que se elabora el pan y las pastas blanca, por ejemplo), el azúcar y el arroz blanco, carecen de vitaminas y otros nutrientes importantes (a menos que aparezcan etiquetados como “enriquecidos”).

Por eso, lo más sano es obtener carbohidratos, vitaminas y otros nutrientes en la forma más natural posible, por ejemplo, de frutas en lugar del azúcar de mesa, y de los cereales integrales, es decir los que conservan su cáscara. ¿Por qué? Porque en la cáscara se acumulan los nutrientes del cereal. Entonces, los granos integrales te aportarán mas vitaminas, minerales y fibra que el pan blanco u otros productos que se elaboran con harinas refinadas. De todos modos, ambos pueden aportarte muchas calorías, por eso es importante que le prestes atención a la cantidad y que no te excedas de la porción diaria recomendada, si no quieres que tu dieta se derrumbe.

De hecho, hay estudios que demuestran que las personas que siguen una dieta baja en calorías e incluyen granos completos, tales como el pan de trigo integral, tuvieron más éxito que aquellos que sólo comieron granos refinados como el pan y el arroz blanco. Y una investigación demostró que quienes llevan este tipo de dietas tuvieron mejores resultados a largo plazo y pudieron mantener su peso deseado cuando llevaron la dieta y consumieron algo de pan que cuando lo abandonaron por completo.

Entonces ¿debes abandonar el pan por completo? No es necesario. De hecho, los carbohidratos son muy importantes para la dieta. Sin embargo, recuerda que la mayoría de los alimentos, hasta las frutas y las verduras, tienen algo de carbohidratos, así que es importante limitar la cantidad de pan y de productos refinados, como las pastas, la pizza y todo lo que incluya masas.

Y si quieres saber aún más, he aquí algunas recomendaciones para que puedas elegir el pan más apropiado para  mantener la salud y la silueta:

  • Esto ya te lo hemos dicho pero vale la pena repetirlo: selecciona los productos que tengan granos integrales como primer ingrediente, tales como el pan integral de trigo o avena.
  • Reduce las porciones diarias de pan e incrementa el consumo de fibras y granos enteros, por ejemplo de legumbres como los frijoles o habichuelas, los guisantes (chícharos, arvejas) y las lentejas.
  • Cuando vayas de compras, no te guíes solamente por el color. Los productos integrales suelen ser más oscuros que el pan blanco, pero muchos fabricantes pueden agregar colorantes. Por eso, lo mejor es revisar siempre las etiquetas.
  • Elige siempre productos que aporten al menos tres gramos de fibra por porción.

Además de estas sugerencias, acuérdate de comer frutas y verduras y de siempre acompañar tu dieta con una rutina de ejercicios. De ese modo puede que te resulte más fácil llegar al peso deseado y mantenerlo y, sobre todo, mejorarás tu salud y lograrás una mejor calidad de vida.

 

Imagen © iStock / mstay

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