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El dolor de oído normalmente se debe a una obstrucción en la trompa de Eustaquio, que es el conducto entre el oído y la garganta. Esta obstrucción no permite que el aire y el líquido fluyan, y causa presión o dolor. Si no es acompañado de fiebre o sordera, no requiere visita al médico. Se trata con antihistamínicos y analgésicos de venta libre. Una almohadilla caliente también puede ayudar.

Si el dolor es intenso o si viene acompañado de fiebre, puede deberse a una infección, una lesión, la irritación de los nervios del oído (neuralgia), como consecuencia de una infección en la garganta o por algún trastorno de la mandíbula. Estas si requieren una consulta con el médico.

Los niños son más propensos a sufrir dolores de oído. Si son recurrentes, el doctor podría recomendar una cirugía para insertar un pequeño tubo de drenaje para aliviar la presión. Un dato importante: alimentar a los bebés con leche materna proporciona anticuerpos que los protege de los dolores de oído. ¡Una de muchas buenas razones para amamantar!

 

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Imagen: ©istockphoto.com / MarianVejcik

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