Skip to main content

El agua de los acueductos públicos en los Estados Unidos contiene, por ley,  flúor agregado para brindar una protección contra la formación de caries. El agua embotellada, en cambio, no siempre lo contiene. Y como el consumo del agua en botella ha aumentado específicamente en los hogares estadounidenses, algunos expertos se muestran preocupados de que esta sustitución ponga en peligro la dentadura de los más pequeños.

En Los Estados Unidos, al agua que proviene de los acueductos públicos (no la de pozos privados en las casas) se le agrega flúor para prevenir la aparición de caries dentales en los ciudadanos.  El agua embotellada no está sometida a ninguna regulación y se supone que sea mejor mientras menos aditivos contenga, es decir, entre más “pura” sea .  Algunos especialistas consideran que su consumo en sustitución del agua tratada del grifo, puede poner en riesgo la salud dental, en especial la de los niños, aunque no hay pruebas científicas de que el agua embotellada aumente las posibilidades del desarrollar caries (incluso, existe un debate a nivel mundial sobre la conveniencia o no de utilizar flúor en el agua, una práctica que, por ejemplo, no está permitida en algunos países de Europa).

El flúor es una sal mineral que ayuda a mantener los dientes sanos, fortalece el esmalte de los mismos, evitando así la formación de caries. Por eso, en la mayoría de las municipalidades locales de Estados Unidos le agregan flúor al agua potable extraída del grifo.  Pero algunos especialistas han notado que, en los últimos años, ha aumentado el consumo de agua embotellada, que muchas veces no incluye la cantidad de flúor recomendada.

Según la Beverage Marketing Corp., actualmente los estadounidenses consumen casi 32 mil millones de litros de agua embotellada al año, y según un estudio desarrollado en la Escuela de Medicina de Virginia Oriental en 2009, que fue publicado en la revista Pediatric Dentistry, casi el 70 por ciento de los padres encuestados afirmó que le daba a sus hijos agua embotellada de manera exclusiva o junto con agua de la llave (grifo).

Teniendo en cuenta estos datos, se teme que el aumento del consumo de agua embotellada deje a la salud dental desprotegida, en especial la de los niños. Por ejemplo, es alarmante saber que en  Estados Unidos, se estima que uno de cada diez niños de 2 años, uno de cada cinco niños de 3 años, uno de cada tres niños de 4 años y casi la mitad de los niños de 5 años han tenido caries visibles.

¿Es el agua embotellada una de las responsables de esta situación? En verdad, no hay pruebas científicas que indiquen que el agua embotellada provoque caries. Y si bien el contenido de flúor no está regulado ni es obligación que las empresas lo indiquen en sus etiquetas, tampoco contiene azúcar, que es uno de los principales agentes responsables de la formación de caries.

Además, si bien es cierto que el flúor fortalece la estructura dental al mismo tiempo que inhibe la capacidad de las bacterias de producir ácidos a partir de los azúcares, también es cierto que usado en exceso ha sido relacionado con varias complicaciones de salud, como: la fluorosis dental (un problema cosmético que crea manchas o rayas blancas en dientes), más posibilidad de desarrollar enfermedades en los riñones y cáncer, y un impacto negativo en el desarrollo del cerebro y la disminución del coeficiente intelectual de los niños en edad escolar.

Entonces, ¿qué es lo que conviene hacer? Muchas personas ni siquiera están conscientes de los componentes del agua que beben. Muchas eligen las botellas sólo por una cuestión de sabor, pero no se dan cuenta de que, en realidad, el agua que utilizan podría incluso provenir ¡del mismo grifo! Por eso es importante que corrobores siempre las etiquetas para evaluar qué estás comprando, y elige aquéllas que tengan la inscripción de procedencia “de manantial”.

Asimismo, puedes consultar cuánto flúor contiene el agua en tu estado y hasta para usar un filtro confiable (los hay disponibles en el mercado a precios accesibles). De ese modo, también estarás eliminando otros contaminantes que puedan provenir de las cañerías que llegan hasta tu hogar.

Recuerda que el agua del grifo que proviene de los acueductos públicos en Estados Unidos es una de las aguas más seguras, ya que está controlada por la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) de ese país. Por el contrario, en algunos lugares de Latinoamérica se recomienda beber agua embotellada o hervida, ya que con frecuencia el agua del grifo se encuentra contaminada.

Y si de mantener una buena salud bucal se trata, no importa el país en el que te encuentres, la mejor solución es evitar ciertos hábitos que pueden estropear tus dientes, como el fumar o cepillarte con mucha fuerza, y mantener una buena higiene bucal:

  • Con una pasta dental con fluoruro, cepíllate los dientes por lo menos dos veces al día y dedícale por lo menos tres minutos a cada lavado. Usa un cepillo de cerdas suaves y cámbialo cada tres meses.
  • Recuerda cepillarte la lengua, pero no las encías; usa hilo o seda dental por lo menos una vez al día, y pregúntale a tu dentista si necesitas usar algún enjuague bucal antibacteriano.
  • Visita al dentista al menos una vez por año, para hacerte revisiones (chequeos) y limpiezas.

El mantener un buen cuidado de la boca y de los dientes, tuyos y de tus niños, los ayudará a prevenir las caries, la pérdida de los dientes, el dolor y la inflamación en las encías y otros problemas en el futuro, así como a mantener un aliento agradable y una bonita sonrisa.

Imágen © iStockphoto.com / Edgaras Marozas

Comentarios de nuestra comunidad