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Que un niño sea haragán, no es lo ideal, pero sucede. Pero que uno de sus ojos no quiera ver, aun cuando no tenga ningún problema físico, resulta por lo menos raro. Sin embargo ocurre y no es ningún chiste. Se trata de un problema de la visión que se denomina, justamente, ojo perezoso, y puede prevenirse o curarse si se detecta a tiempo. Aquí te damos más detalles sobre esta condición que se produce en los niños pequeños y cómo puede resolverse.

Muchas personas creen que los problemas de la visión son una preocupación de los adultos y de las personas mayores. Sin embargo, muchos niños también pueden tener dificultades para ver bien. Uno de los problemas de la visión más común en los niños y que afecta de un 2 al 4 por ciento de ellos se denomina ambliopía y es conocida como “ojo perezoso” u “ojo vago”.

Esta enfermedad puede aparecer entre los 2 meses y los 8 años de edad y en general se produce en un solo ojo (aunque puede afectar a los dos), que ve borroso o mal y no logra percibir los detalles. El problema es que durante los controles con el oftalmólogo, que es el especialista en enfermedades relacionadas con los ojos, no se detectan lesiones ni en la retina ni en el nervio óptico de ese ojo. De ahí que se le denomine ojo vago o perezoso: no existe un problema físico que justifique la falta de visión y sin embargo el ojo no cumple bien su función de ver.

Por suerte los tratamientos suelen hacer que este haragán empiece a funcionar. Estos varían: a veces los niños deben llevar un parche en el ojo que ve bien para que el otro se vea obligado a trabajar o se les indica que hagan ejercicios visuales. En otros casos se pueden recetar anteojos e incluso puede ser necesario practicar una cirugía.

Lo importante es que sepas qué es la ambliopía y como se manifiesta para que entiendas y hasta lo sugieras, cuando el especialista está evaluando la vista del niño. Se ha probado que cuanto antes se detecte y se trate este problema, los resultados son mucho mejores.

Un equipo de investigadores de varias instituciones estadounidenses ha publicado los detalles de un estudio reciente en el que revisaron datos de casi mil niños tratados por ambliopía u ojo perezoso y descubrieron que quienes tenían entre 3 y 7 años de edad respondieron mucho mejor al tratamiento que los tenían entre 7 y 13 años, sobre todo en los casos que eran moderados a severos.

Cabe destacar que los niños mayores también mejoraron y en algunos casos mostraron más beneficios de los que se esperaban inicialmente. Por eso es importante detectar y tratar esta enfermedad, aún cuando el niño ya sea mayorcito. Eso sí, después de los 10 años, la recuperación de la visión será parcial, no total. Es vital atacar el problema cuanto antes.

¿Te has preguntado cómo está viendo tu hijo? ¿Has consultado al oftalmólogo? Los especialistas recomiendan descartar cualquier problema de la visión antes de que el niño asista a la escuela, es decir, antes de los 5 años de edad.

Independientemente de la edad de tu hijo, no dejes de buscar ayuda profesional si notas que tiene alguno de estos síntomas del denominado ojo perezoso:

  • Ojos que se voltean hacia adentro o hacia afuera
  • Ojos que no parecen trabajar coordinadamente
  • Incapacidad para juzgar la profundidad correctamente
  • Visión deficiente en un ojo

Recuerda que los problemas de la visión no le afectan sólo a los adultos. Cuando se presentan en los niños, muchas veces se detectan hasta que comienzan a asistir a la escuela porque se les dificulta realizar tareas como la lectura y la escritura. No esperes a que esto suceda y planifica tu próxima visita al oftalmólogo (el especialista de los ojos).

Imágen © iStockphoto.com / HAYKIRDI

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